viernes, 8 de agosto de 2025

 

CORREÍSTAS INFILTRADOS EN LA MARCHA
"Los oportunistas son personas que ven la oportunidad de sacar ventaja de una situación, a menudo a costa de la ética o la moral .
Por Jaime Cedillo F
Vaya, vaya, qué lindo, de promotores de la destrucción de las fuentes de agua, de los páramos, de la naturaleza, los que ayer aplaudían a la empresa extranjera para que se lleve el oro y nos deje agua contaminada. Que pronto se olvidaron que el hoy prófugo de la justicia, Rafael Vicente Correa Delgado, llegó en helicóptero, rodeado de adulones, para visitar Quimsacocha, para decir que las fases de exploración y explotación va porque va, y el que se opone irá preso, y así se fue amenazando a los campesinos que viven y cuidan el páramo, a las comuneros que luchan diariamente por preservar la flora y fauna, en medio de la lluvia, del frío y de la pobreza. Ellos son los verdaderos héroes, los que bajaron del cielo, son los villanos.
Y, allí estaban los hipócritas, los oportunistas, los pescadores a río revuelto, en la marcha que lideró el Cabildo por el Agua, por las calles del Centro Histórico de Cuenca, en defensa de la vida, en contra de la minería, del gobierno minero, y de la ministra no grata, para decir con el puño levantado y alzando la voz, para que esa voz que no desmaya, que no claudica, que no se rinde, llegue hasta Carondelet, para que escuche Noboa, para que sepa que el pueblo cuencano está en pie de lucha, que no vamos a decaer, que seguiremos adelante, cueste lo que cueste, porque si no protegemos ahora, mañana, nuestros hijos y nietos nos reclamarán por cobardes, para no hacer nada, por cruzarnos de brazos, por inútiles, por cómplices.
Y, allí estaban los correístas, infiltrados, medio mushpas, descarados, mezclados, pretendiendo sacar tajada, azuzando a la gente, lavándose las manos, con esas manos sucias que ayer aplaudían y disfrutaban de la vida loca, durante la década saqueada. Vean la primera foto, la gallada en Quimsacocha, con el reo del Glas, posando delante de la maquinaria, lista para devastar la Madre Tierra.
El pueblo tiene memoria, no es pendejo, sabe de qué pata cojean estos falsos "revolucionarios", los poncio pilatos, los de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes. Así, con ese estribillo se alzaron con el santo y la limosna. Unos están presos, otros prófugos, escondidos, con los bolsillos llenos; algunitos, en funciones públicas, en alcaldías, prefecturas, haciendo lo que mejor saben hacer: empuñar todo lo que puedan, hasta la victoria siempre.
El Observador



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