EL OBSERVADOR
POLITIQUEROS LADRONES
Periódicamente, cada dos años, agrupaciones numerosas de repudiables sujetos autodenominados políticos saltan a la palestra en tiempo de elecciones, ya sea para la Presidencia de la República y Asamblea Nacional o para alcaldías, prefecturas y gobiernos parroquiales, cobijados por nombres rimbombantes, ondeando banderas de variados colores y cantando consignas sociales, unas más ostentosas que otras. Estos detestables sujetos dicen ser los salvadores del pueblo, los predestinados para salvar al país, los más honestos y de manos limpias, los que predican la verdad, los más talentosos, los mejores...
Pero no, nada de lo que expresan aquellos sujetos tiene una pizca de certidumbre. Todo es una vil mentira. Desde su condición de tales, ya que no son más que asquerosos politiqueros que buscan con ansiedad inusitada la oportunidad para enriquecerse de manera ilícita, usufructuando de los recursos públicos. Sin embargo, nada lograrían sin el concurso inexorable que tiene el gran electorado, los ciudadanos votantes, que cual fanáticos van tras su ídolo ensalzándolo, vitoreándolo, aplaudiéndolo, y por fin eligiéndolo y encaramándolo en el poder. Después, se olvidan del pueblo y velan nada más que por sus intereses.
Este es el círculo vicioso de la politiquería nacional, en el que se van sucediendo en el poder nuevos y nuevos avivatos. Entonces, con el fin de revertir esta práctica nefasta, aquí cabe con enorme precisión un adagio popular, presente en el imaginario colectivo:
"¡NO ES LA POLÍTICA LA QUE HACE A UN
CANDIDATO CONVERTIRSE EN LADRÓN;
ES TU VOTO EL QUE HACE A UN LADRÓN
COVERTIRSE EN POLÍTICO...!"
Fernando Balarezo Duque
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