martes, 31 de agosto de 2021

 EL FALSO ECONOMISTA REVOLUCIONARIO

Se fue por la puerta ancha. Con la complicidad del primo Correa. Así de simple. Me voy al matrimonio de mi hijo y regreso para rendir cuentas a la justicia. Eso fue lo que dijo uno de los integrantes de la mafia correista, hoy prófugo de la justicia, con dos sentencias, la una por peculado y la otra por enriqueciiento ilícito, es que en eso fueron campeones los de "manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes".
Pedro Delgado se presentó ante la prensa, reconoció el delito de haber falsificado su título de Economista, y se marchó. Eso pasó hace 9 años, cuando el cinismo verde flex estaba en pleno apogeo.
Antes de que huya, el prófugo mayor de la justicia, o sea el más bacán, el que se hacía llamar el dueño de todos los poderes, el que recaudaba mensual y personalmente los diezmos a sus colaboradores, con calculadora en mano; ordenó un acto de desagravio al falsificador, al primo, que con el título chimbo ocupó importantes cargos en la función pública. ´El tránsfuga, el que vive autoexiliado en Bélgica, casi llora hablando de las bondades que adornaban a Pedro. El era el honesto, el pulcro, el patriota, los otros, esa prensa "corrugta" eran los malos, los perversos, que lanzaban acusaciones sin ton ni son. Y le ordenaba al "Perro" Ochoa (también fugitivo) que multe, que sancione, que ejuicie, que acabe con todos los medios de comunicación, sean chicos o grandes, por denunciar mentiras
El actor principal hizo un papel perfecto. Aplausos de todos los que disfrutaron del banquete de la deshonra y de la despedida. Todo estaba bien planificado, preparado, para la fuga del falso economista.
En su maleta se llevó todos los secretos de los atracos cometidos a los fondos públicos de los ecuatorianos. Desde Miami hizo algunas revelaciones. Hoy que el Servicio de Inmigración de los EEUU le ha detenido, es posible que pueda ser deportado para que cante claro y cumpla con las condenas en una de esas lindas cárceles que los falsos "revolucionarios" construyeron con sobreprecios. El saqueo fue perverso y descomunal.
Aquí no echamos flores. Aquí lanzamos dardos.
EL OBSERVADOR.

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