El observador

 ATENTADO A LA NATURALEZA

La destrucción de los espacios verdes en las orillas del río Yanuncay de la Ciudad de Cuenca, por parte de la administración municipal, que preside el acalde Pedro Palacios, es de grandes proporciones, tal como se puede apreciar en la gráfica. A pesar de que se llegó a un acuerdo con los moradores de la Urbanización San Marcos,

para detener este crimen en contra de la naturaleza, los carniceros han continuado con la ingrata tarea, han hecho caso omiso al documento firmado en semanas anteriores, luego de varias jornadas de protestas, incluídas las respectivas denuncias tanto en la Fiscalía como en la Defensoría del Pueblo,

Enloquecidos como están por destrozar lo que encuentran a su paso, para dar gusto al capricho del alcalde de la ciudad abandonada; los genios de la mesa cuadrada, ahora están contruyendo una nueva caminera, justo por la midad del espacio verde, entre la caminera que ya existe y la ciclovia. Cuál es el objeto de esta nueva "maravilla".

Cuando los técnicos municipales expusieron la replanificación del sector, en el auditorio del Jardín Botánico, que lleva el nombre del insigne botánico (ustedes ya saben a quién me refiero) nunca se mencionó la nueva caminera. ¿Qué pasó? ¡ Nos engañaron! Ayer la maquinaria pesada empezó con la ingrata y penosa tarea de levantar el llano. Los responsables se han esfumado, nadie da la cara, desaparecieron como por arte de magia. Los albañiles responden que esa es la orden. Así es, ellos cumplen las disposiciones de los jefes. No tienen la culpa. Los infractores están en sus oficicinas, muy cómodos, viendo los toros desde lejos, planificando, calculando, maquinando, depredando sus conciencias. La ciclovia es una obra millonaria y misteriosa (estamos tras la pista de los costos y auténticos beneficiarios) que seguramente dejará buenos réditos económicos para unos pocos, pero pérdidas irreparables para la naturaleza. Los orillas de los ríos de la Cuenca Patrimonial, han sido desvastadas sin piedad. Los encargados ya ocupan su lugar en la historia, con sobra de méritos.

Aquí no echamos flores. Aquí lanzamos dardos.

EL OBSERVADOR.

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