miércoles, 26 de mayo de 2021

 

¿Qué tipo de presidente será Lasso?

   en Conexiones4P/Elenfoque/Info  por 

El discurso del presidente Guillermo Lasso puede ser leído en muchas direcciones y perspectivas. Una de ellas, es la forma como él se ubica en la dinámica presidencial que acaba de emprender.

  1. Presidente emocional: el presidente tiene la lágrima fácil y esa muestra de humanidad fue apreciada y destacada en redes sociales. En los hechos, su discurso fue un claro ensayo de filosofía política para el momento que vive el país. La crisis económica y el coronavirus, han disparado una pandemia emocional entre los ciudadanos de la que poco se habla. Quizá por esto, Guillermo Lasso no compuso su discurso con la tradicional letanía de promesas de campaña o las cifras pavorosas de cómo recibe el país. La forma y el contenido de su discurso dan cuenta de que el presidente es consciente del estado de ánimo de los ciudadanos. Ante la inquietud, la desesperanza y la polarización, Lasso optó por un discurso sereno, incluyente, conciliador y cautamente optimista. Un discurso más dirigido a los sentimientos de los ciudadanos que a su mente.
  2. Presidente de transición: Guillermo Lasso asumió el corte político que no hizo Lenín Moreno. Sin decirlo, personificó al político que luchó contra el correísmo y lo venció en las urnas. Eso le permitió vincular su llegada a Carondelet no con un simple cambio de gobierno, sino con el cierre de un ciclo. El quiebre lo señaló en varios pasajes de su discurso. Cuando dijo que termina la era de los caudillos, se inicia la recuperación del alma democrática del Ecuador, asume el riesgo de romper el ciclo vicioso… Ubicarse en ese punto de quiebre tiene consecuencias políticas y programáticas esenciales para un gobierno. Pero el presidente no dijo cómo incidirá esta nueva etapa democrática en su gestión.
  3. Presidente de centro: Guillermo Lasso hizo en los últimos años, en forma totalmente perceptible, un desplazamiento de la derecha hacia el centro político. Lo hizo por convicción y, en esta campaña, por necesidad electoral. Pero ahora ratifica que ese será su terreno. Su discurso debió haber alborotado a todos aquellos -correístas, economistas heterodoxos y militantes de la vieja izquierda (entre los cuales se cuenta Yaku Pérez)- que lo habían convertido en sinónimo de cruzada neoliberal. Lasso sorprendió con un discurso de corte socialdemócrata; producto irremediable de los dos ejes que anunció en su campaña: reactivación económica y justicia social.
    El centro, en su caso, no es una metáfora. Es el horizonte de sus expectativas: punto de encuentro; lugar de reconocimiento respetuoso de la diversidad y diálogo en un plano de igualdad. Lasso se da la tarea de unir a los ecuatorianos, de retarlos a convivir, a prosperar, a ser otro país. La vara la puso alta.
  4. Presidente de resultados: Lasso perfiló lo que hará su gobierno según parámetros que le son propios: un hombre de acción que mide todo en función de resultados. No será, entonces, un gobierno de cháchara. Más que sueños, y eso lo dijo taxativamente, su gobierno pondrá en práctica “acciones dirigidas por un Estado eficiente para erradicar el hambre, la enfermedad, la falta de educación, el abandono”. El mensaje es directo para los servidores públicos. Y de nuevo, en este punto Lasso cerró la boca a aquellos que pronosticaron que llegaría con un plan para privatizar la salud, la educación… Esta frase hará parte de su biografía: “Que no haya dudas: nuestra intención no es minimizar al Estado, sino maximizar su capacidad para servir a los más pobres”.
  5. Presidente con agenda: Lasso indicó un manojo de prioridades para el país y su gobierno: agua potable y alcantarillado. Vialidad, alumbrado, escuelas, hospitales. Lucha por la igualdad de género. Erradicación del hambre y, en particular, la desnutrición crónica infantil. Reactivación económica. Tratados de libre comercio. Desarrollo sostenible (Agenda 2030). Vacunación masiva. Es la agenda de las urgencias que no se podrá cumplir sin acuerdos. Para ello hizo un llamado a la unidad que, dijo, debe ser atendido cívicamente. Él tendrá que liderar esa unidad, determinar dónde y cómo se hace y con quiénes. La pelota en este punto sigue en su terreno.
    Foto: Presidencia de la República.

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