Jorge Glas: ‘Señor, si me lleva a Cotopaxi, déjeme orinar’
En la audiencia de habeas corpus del 25 de octubre, el ex vicepresidente narró su traslado y situación en la cárcel de Latacunga. Aunque le fue negado ese beneficio, en la sentencia Glas obtuvo algunos privilegios que otros presos no tienen en ese centro. Por ejemplo, el juez dispuso que su celda sea desinfectada constantemente para evitar enfermedades y que no le tomen fotos. Por primera vez, mediante fallo judicial, se inspeccionará la calidad del agua en ese centro penitenciario.
05 de noviembre del 2018
SUSANA MORÁN
Tuvo que llegar Jorge Glas a la cárcel de Latacunga para que sus coidearios, que estuvieron en el poder durante 10 años, hicieran suyas diversas denuncias periodísticas sobre la situación de los presos en ese centro. Los cuestionamientos a la mala calidad de agua y a las difíciles condiciones sanitarias en la que permanecen los reos datan desde la misma inauguración de la cárcel que abrió sus puertas el 21 de febrero de 2014. Pero el silencio oficial fue la constante durante la administración de Rafael Correa, quien apoyó el cambio del modelo penitenciario con la construcción de nuevas cárceles, entre ellas la de Latacunga.
Sus palabras las recordó su excanciller Ricardo Patiño el pasado 27 de octubre en un encuentro del movimiento correísta en esa ciudad. Allí dijo: “No se olviden lo que decía Rafael Correa, no lo digo por Jorge sino por las otras personas detenidas, una cosa es perder la libertad y otra la dignidad, una persona que está detenida no le podemos hacer que pierda la dignidad”. Antes de esta cita dijo -con el dedo índice levantado- “nosotros hicimos esa cárcel para que haya dignidad”. Como un padre dolido por el hijo descarriado, acusó al actual presidente Lenín Moreno, al “sinvergüenza del cuántico” como lo llamó, de no dar mantenimiento a esa construcción que se acerca a su máximo: 5.000 presos.
Patiño estuvo en la audiencia de habeas corpus que Jorge Glas -procesado por asociación ilícita en el caso Odebrecht- había solicitado para que lo regresen a la cárcel 4 donde permaneció desde el 2 de octubre de 2017. Patiño, en su elocución, dijo que en esa audiencia se consiguió que se rompiera una pared para que Glas tenga acceso a un baño. También mencionó que el abogado de Glas “sacó dos muestras de agua, no era agua, sino lodo con agua lo que les hacen tomar a los compañeros que están allí”.
El ex presidente Rafael Correa durante una visita a la cárcel de Latacunga. En su administración fue construido ese centro que desde el inicio tuvo innumerables denuncias por violaciones a los DDHH de los internos.
Lo cierto es que el abogado del ex mandatario, Harrison Alberto Salcedo, citó una publicación de este portal del 4 de marzo de 2015 titulada “El drama del agua en la cárcel de Latacunga”. En la audiencia, el jurista leyó este párrafo que contiene opiniones de varios presos sobre el agua: “Si usted pone agua en una botella al abrirla suena como si tuviera gas”. “Es como tomar agua con gas, pero sucia”. “Si la deja reposar por una hora, en el fondo se forma una capa de tierra”. “Era amarilla, ahora tiene mejor color”. “Me provocó estos hongos y por mi alergia cada vez que me baño la piel se me hace roja”. “Deja mi cabello tieso”.
Carlos Pareja Yanuzelli, procesado por varios delitos entre ellos peculado, también se encuentra en el área llamado 'transitoria'. Foto: Plan V
Según su abogado, el ex vicepresidente se encuentra aislado, sin agua, luz solar, energía eléctrica, ni baño. “Por lo que debe orinar en una botella que muchas veces se rebosa y para defecar lo hace en el piso cuando no le sacan al baño”.
Agregó también para su defensa el análisis químico - al que tuvo acceso Plan V- solicitado en el 2014 por la empresa Acuatecsa, que instaló la planta potabilizadora. Allí se registra que los niveles de arsénico en abril del 2014 se encontraban en 0,05 miligramos por litro. La norma INEN fija como límite 0,01 mg. El reportaje, elevado a prueba para la defensa de Glas, fue realizado tras recoger decenas testimonios entre mayo de 2014 y marzo de 2015. Pero solo hasta el 25 de octubre pasado, en la audiencia de Glas, los ex funcionarios correístas se enteraron de las denuncias. “Eso es lo que está viviendo en la práctica nuestro pueblo”, diría días después Patiño ante seguidores correístas.
El abogado Salcedo, frente al juez, mencionó que su cliente sufre de insomnio crónico, ansiedad, hipertensión arterial, gastritis, lumbalgia y dorsalgia, colon irritable y espondilitis anquilosante (artritis crónica). Aseguró que la salud de Glas ha “colapsado”. Según narró, el ex vicepresidente se encontraba aislado, sin agua, luz solar, energía eléctrica, ni baño. “Por lo que debe orinar en una botella que muchas veces se rebosa y para defecar lo hace en el piso cuando no le sacan al baño”.
También aseguró que el ex vicepresidente no tiene derecho a patio y que pasa con candado 24 horas. Denunció que en el centro médico del lugar solo hay atención de primeros auxilios y no hay médicos especialistas para tratar sus enfermedades. Agregó que la familia de Glas corre el riesgo de ser atacada y extorsionada por la delincuencia organizada porque “aquí no gobierna el Estado, dentro de las cárceles gobiernan las mafias”. El 21 de octubre, cuando Glas fue trasladado a Latacunga, circuló una fotografía de él con el traje naranja que las autoridades entregan a todos los internos. Eso también fue denunciado por su defensa, así como la publicación que hiciera un preso en sus redes sociales donde dejó el siguiente mensaje: ‘rico y sabroso, amanecido y vacilado en Latacunga, ahorita bienes hablar de derechos, cuando nos metiste en esto, pues bien venido al infierno de hombres vivos compañerito’ (sic). Un día después de su llega a la cárcel, Glas inició una huelga de hambre que hasta ahora la mantiene.
Víctor Jara, en representación de la cárcel, dijo que Glas se encuentra en el área transitoria con capacidad para 6 personas, pero fue habilitada solo para el exmandatario. Allí llegan las personas privadas de la libertad para una evaluación antes de ser ubicadas en la etapa que les corresponda (mínima, mediana o máxima seguridad). “Al momento no se ha podido elaborar este plan de vida por cuanto el Ing. Glas no (ha) querido firmar el acta de inicio de clasificación y de calificación de nivel de seguridad”. La celda tiene una dimensión de más de cuatro metros, según el funcionario. También dijo que se había habilitado un servicio higiénico para su uso exclusivo y negó que el ex vicepresidente haga sus necesidades en botellas. Sobre la calidad del agua, el funcionario aseguró que hay servicio de agua potable racionado, “pero en consideración al señor Glas, estamos suministrando los botellones de agua”. Mencionó que el personal médico ha hecho 18 atenciones y observaciones médicas al ex vicepresidente.
Finalmente, el juez negó la solicitud de habeas corpus, pero dejó planteada algunas disposiciones que en las condiciones que viven los presos de Latacunga bien podrían calificarse como privilegios. Entre ellos está mantener la atención médica y si los especialistas deben ir desde Quito hasta la cárcel que lo hagan; equipar el dispensario médico; permitir el ingreso de toda medicación necesaria; tomar precauciones para que Glas no se contagie de alguna enfermedad respiratoria, en especial la tuberculosis; que su celda tenga aseo continuo y sea desinfectada constantemente; mantener su seguridad (en la actualidad están a cargo de dos agentes penitenciarios y dos agentes de policía); y evitar que el personal de seguridad y administrativo, o los internos le tomen fotos.
Además por primera vez un fallo judicial solicitó que el Comisario de Salud y un representante de la Dirección de Agua Potable del GAD Municipal de Latacunga concurran al Centro de Rehabilitación Social para verificar la calidad del agua y de ser necesario tomen los correctivos para mejorarla. Esto después de casi cinco años de las primeras denuncias. En marzo de este año, la entonces directora de la cárcel confirmó a Plan V que aún existía un déficit de agua del 66% para abastecer a todo el centro.
Estas medidas, según la sentencia, regirán mientras Glas se encuentre en la cárcel de Latacunga. Pero él, en su testimonio, dijo que lo han tratado como “un animal”.
Otros reportajes de Plan V sobre la cárcel de Latacunga:
- El viacrucis de Eli
- El viaje de las mujeres hacia su nueva prisión
- El drama del agua en la cárcel de Latacunga
- La cara cruel de la cárcel de Latacunga
- Cárcel de Latacunga: las otras historias
El testimonio de Jorge Glas sobre la cárcel de Latacunga
“Soy una persona, no soy un animal”
Reproducción textual que consta en la sentencia publicada el 31 de octubre
Reproducción textual que consta en la sentencia publicada el 31 de octubre
Jorge Glas durante la audiencia por asocicación ilicita. En este proceso fue condenado a 6 años de prisión en el caso Odebrecht. Foto: API
“Quiero exponer algunas cosas como antecedentes. Recordarle que cuando sucedió esta artimaña en mi contra en ese momento teníamos la mayoría del bloque legislativo, cuando el fiscal de ese entonces Carlos Vaca me vincula en un proceso, que es un pacto político con el gobierno para sacarme de la vicepresidencia, yo fui quien pedí que me levanten el fuero. Porque Jorge Glas no huye, ni ha huido. Prefiero ser un inocente preso que un cobarde huyendo, lo dije con claridad.
“Yo pedí (que) me levanten el fuero, aquí estoy firme y sigo firme. Me sometí a la justicia. No sabía que había un pacto político por mi cabeza, que habían transado con Odebrecht de que me acusaran a mí. No me arrepiento de pedir (que) se (me) levante mi fuero y de haberme entregado. Yo esperé la infame resolución el Juez que dictó mi prisión preventiva ilegal, inconstitucional y esto algún día se debe aclarar, todas la ilegalidades, porque estoy seguro de que mi huelga de hambre motivará.
“Todavía estoy consciente. Hoy amanecí con mareo e incomodidad mental, pero es inclaudicable. Estoy seguro que su accionar, y asumo que está sometido a presiones políticas, será conocido por organismos internacionales. Los otros magistrados que conocieron mi causa mandaron a pedirme disculpas con mis abogados y eso lo revelaré cuando pueda, porque estando aquí y vestido como “mono de circo” para humillarme, yo vi quién tomó esa foto, fue un policía. Le voy a contar de mi traslado humillante, nunca me habían tratado así, por una venganza, yo que culpa tengo que otro ex funcionario se haya ido del país. Cuando dictaron mi prisión preventiva esperé en mi casa. Todos me dijeron que me vaya del país, dije no, voy a enfrentar todo lo que se venga, me acusan de todo.
“Las fotografías tomadas no son un delito, lo que haya hecho un tercero, un cuarto un quinto no me hace responsable de lo que haga un mal pariente, un mal funcionario y hasta ahora me siguen buscando las pruebas. Ya fui sentenciado en primera instancia, en segunda instancia, estoy en casación porque no van hacer hasta ver si sale algo para acusarme, justificarse y poder acusar. Tienen a un inocente preso; yo pude huir, tuve ofertas de asilo, esto le menciono porque justificaron mi humillante traslado (que) era de que había un informe secreto de que me iba a fugar de la cárcel 4, ¿cómo?, ¿en helicóptero?, ¿en un túnel? En la cárcel 4 se encuentra la gente de (Raúl) Chicaiza, el calumniador de Rafael Correa.
“Sepa usted que el señor Chicaiza, no es ex mandatario, (y) le pusieron seguridad adicional en la cárcel 4 y permanentemente parte de esa seguridad, de lo cual se puede pedir constancia en el Ministerio de Justicia y en la Dirección de la Policía correspondiente".
“Sepa usted que el señor Chicaiza, no es ex mandatario, (y) le pusieron seguridad adicional en la cárcel 4 y permanentemente parte de esa seguridad, de lo cual se puede pedir constancia en el Ministerio de Justicia y en la Dirección de la Policía correspondiente, parte de la seguridad de Chicaiza es vigilar todo lo que yo hago, ver qué como, con quién hablo. Yo cumplí cada regla de la cárcel 4, como cumplo en este centro. Yo agradezco la atención que hacen las personas de este centro, no pueden hacer más.
“Yo corro peligro ante cualquier infección urinaria, gastrointestinal, respiratoria, por hongos, por una dolencia física que yo jamás he usado como pretexto para salir de la cárcel, y que pude haber hecho con la recomendación de mis médicos, incluso con las recomendaciones en ese momento el Ministerio de Justicia, porque mi situación médica lo ameritaba y yo hasta ahora no tengo sentencia ejecutoriada. Me restringían mi derecho a dar entrevistas desde la cárcel, dije con claridad no voy a permitir que me lleven a una clínica, yo salgo de aquí, de esta cárcel, por inocente. En la cárcel 4 yo estaba dedicado a mi estudio, el derecho a la libre expresión a los PPL, nunca violé ninguna regla. Me pidió el Ministerio que no hiciera comunicados públicos. lo acepté. En la cárcel 4 cortaron el teléfono, no me cortaron a mí, cortaron al público y me dediqué a estudiar.
“En el lugar que yo estaba no es que era de lujo. Dormía en (un) cuarto de un metro cincuenta. Ahí tenía mi estudio, un baño higiénico, ya que yo por una infección me puedo morir, y eso dicen los informes. El informe de la cárcel 4 dice que no aconseja cualquier traslado a cualquier centro penitenciario, porque el solo aislamiento representa un riesgo para mi salud. Nuevamente me dijeron por qué no pide el traslado a un hospital, dije no. Aquí en la cárcel 4 yo tenía que estudiar, tres actividades debidamente autorizadas: estudiando inglés, un curso teológico que ya estaba en la mitad en un instituto (de) Israel, hace una semana y media me inscribí en una universidad porque es un derecho asistido, tenía exámenes el día lunes.
“Yo no molesto a nadie, mi salud era controlada, mis médicos son de Quito, mi historia clínica está en el HCAM (Hospital Carlos Andrade Marín). Yo no me invento esta enfermedad, esto es genético; y o es que me gusta estar tomando veinte medicamentos. En el centro han hecho el esfuerzo, me faltan unos medicamentos, unos spray pulmonares. Yo insisto, he visto con preocupación de todas las personas que trabajan aquí, médicos, psicólogos, el director, pero ellos no pueden hacer más. (Para) mí el hacinamiento es un riesgo para mi vida, tarde o temprano yo tendré una infección. Hace tres años tuve una infección gastrointestinal y como es una enfermedad inmune, baja las defensas al mínimo, con riesgo de muerte.
“Qué pena que tenga que exponer mi situación de salud, yo lo he llevado toda mi vida, nunca lo he usado para esto, es una realidad. Tengo dos hijos, soy una persona, no soy un animal y dado que me han hecho esto de manera humillante yo me entregué, pedí que me levanten el fuero, me entregué a la justicia, me llevaron a la cárcel 4 donde tenía un control médico, son como cincuenta personas, entre policías y militares ahí no hay riesgo de seguridad, yo tuve seguridad mientras fui ex vicepresidente, yo no tengo problemas con nadie, cumplía las reglas de ahí, he aprendido hacer cerámica y lo único que no pude hacer por mi tema de salud, fibrobiaria, es realizar los ejercicios, mis médicos están en Quito, mis causas están en Quito y está la cárcel 4 que puede manifestar el Ministerio de Justicia que es la única que no tiene hacinamiento. Yo no molestaba a nadie, seguí todas las reglas, eso de la fuga es una farsa, que demuestran qué fácil es tomar una foto.
Le dije ‘señor, si me lleva a Cotopaxi, déjeme orinar’, me dice no, no puede y le digo pero por qué no puedo, se me acerca y me pechea no me dejaron entrar, me dice ‘cortesía de Granda ya vas a ver’.
“Eran las siete de la noche yo iba a bajar a formar para el recuento de la noche que lo hacen a las siete de la mañana y a las siete de la noche. Nos encierran doce horas en nuestra celda, yo estaba solo estudiando, porque tenía que dar examen al otro día que no pude dar. Se aparecieron los señores del GEA que siempre han sido muy respetuosos, que me acompañaron en mis quince días de juicio, a ellos les salía las lágrimas y me decían ‘ingeniero cómo le hacen esto’. Ellos me trasladaban a las audiencias muchos de este grupo que no sé qué significa, pero que son del Ministerio de Justicia. En mi traslado a audiencias he sido respetado en mi calidad de vicepresidente y que hasta ahora no me notifican que he sido destituido de vicepresidente, aparecen unos policías una persona baja, pechudo, que me decía que me llevan sin explicarme a donde me comienza a pechear.
“No me presentaron documento alguno, me empujaron para que baje las gradas, le indique que necesitaba mi medicación ya que el IESS me entrega medicación para tres meses, yo la tengo ahí en mi celda, me acababan de entregar hace pocos días. Le dije ‘señor, si me lleva a Cotopaxi, déjeme orinar’, me dice no, no puede y le digo pero por qué no puedo, se me acerca y me pechea no me dejaron entrar, me dice ‘cortesía de Granda ya vas a ver’. Les dije ‘déjenme llevar una chompa porque en Cotopaxi hace frío’. Yo duermo con calentador en la celda por mis problemas respiratorios que no los tenía y no los puedo tener porque en la ceda no hay baño, ni enchufe.
“Aquí están los señores del centro, no les estoy reclamando ni una sola condición no hay agua, tratan desesperadamente de limpiar, yo sé que hacen su esfuerzo, estoy en un lugar donde un resfrío me puede complicar o el agua que no es potable, todo esto me puede ocurrir en los próximos días si no se hace algo. Me dejaron coger una chompa, la brigada de aquí no me dejaron ingresar porque hay dos mudas, aquí se levanta, se duerme y se pasa con la misma ropa, no hay donde lavar, la ropa se lava en el piso de la ducha, me trasladan a otro lugar donde hay agua caliente.
“En mi traslado de la cárcel 4 a la salida hay un baño público que entré para orinar y mientras orinaba el policía trataba de verme el pene, tuve que a la fuerza tirar la puerta, ya que fue el colmo de la humillación, ¿por qué todo esto? Para humillarme por venganza política, toda la humillación por culpa de que se fugó un funcionario, me trajeron acá a la cárcel, me llevaron a una celda, no había cortinas, la puerta dañada, había una cuerda que de pronto era para una cortina y el policía con furia lo arranco, no habían zapatos aquí porque yo calzo cuarenta y cinco, me obligaron a sacarme los pasadores, al día siguiente me llevaron una cortina, me pusieron unos cartones en las rejas para que no entre el frío.
“Yo debo decir que aquí el personal del centro, los médicos, preocupados por mi caso, han hecho lo que está a su alcance, déjeme decirle sin sentido de prepotencia, yo no voy a claudicar en mi huelga de hambre, tengo fuerza de voluntad, de aquí no me llevan a Guayaquil, tendrán que llevarme arrastrando si es que me llevan vivo. Yo no voy a claudicar hasta que me lleven a la cárcel 4 o me den arresto domiciliario, yo soy un hombre inocente, hasta ahora no han podido encontrar una prueba en mi contra, me han exhibido como mono de circo, yo no permitiré que mis hijos me visiten en estas condiciones.
“Señor juez haga justicia en base a la ley y a la Constitución. Yo no he molestado a nadie, esto me han hecho para exhibirme como trofeo; yo no hecho nada en contra del ministro Granda, todo lo contrario yo le recomendé al Presidente que lo ponga como Ministro de Transporte, que culpa tengo yo que otro tome otra decisión. La prueba más grande que todo esto para humillarme fue la fotografía que indica mi defensa. No voy a declinar en la huelga de hambre, estoy dispuesto a morir, empecé a escribir la carta que dejaré para mi familia”.
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