jueves, 28 de diciembre de 2017

“El Polémico de la Corona”



Manuel Vallejo Ch.
Publicado en la revista El Observador (edición 102, diciembre de 2017)
La polémica generada por un inicuo “informador” de esta ciudad, en torno a la “desaparición” de una corona y propiedad de otra del insigne poeta Remigio Crespo Toral, cuya pérdida fue descubierta el dos de julio de 2013 y reportada como desaparecida en abril del 2014 del museo que lleva su nombre; aparentemente, ha llegado a su fin.
El hecho cierto es que, la corona que se reportó como desaparecida del museo Remigio Crespo Toral, fue la que consta en un primer inventario del museo, hecho en agosto de 1947, que cita como pieza número uno a la donada por las Damas de Quito, joya de 27 hojas y cuatro botones pequeños, que hasta la presente fecha al igual que otras reliquias patrimoniales extraviadas no han sido localizadas; y no, como el necio “informador” insinuó en la revista de su dirección, bajo un escrutinio poco informado o tal vez deliberadamente (?), de modo injusto y carente absolutamente de equidad, que se trataba de la Corona de oro que le impuso Rafael María Arízaga al poeta cuencano un 4 de noviembre de 1917, en el parque Calderón, como reconocimiento de la nación a su destacada trayectoria en la poesía y otras ejecutorias, integrada por 17 hojas de laurel a cada lado, que sumadas dan 34, cada hoja tuvo un donante que lleva gravado su nombre.
En la publicación quincenal “Boletín de la Coronación a María Santísima del Rosario”, de fecha 16 de febrero de 1930 (pag. 46), que se exhibe en el museo Remigio Crespo Toral, se da cuenta del resultado de la convocatoria pública realizada por el comité presidido por el vate laureado para recaudar donaciones de joyas, que fundidas sirvieron para la fabricación de la corona destinada a la Virgen Morenica del Rosario y del Niño Jesús, protectora de la Comunidad Dominicana. Esta convocatoria, fue aprovechada por el poeta, quien el domingo 2 de febrero de 1930, en horas de la tarde se dirigió hacia la iglesia de Santo Domingo para en el marco de la ceremonia de donaciones, expresar su generosidad, donando la corona que le impusiera trece años antes Rafael María Arízaga. El boletín evidencia este hecho, informando entre otras cosas, que: “…El pueblo espera ansioso su hora. Y cuando ve al Rdmo Sr. Aguilar y a los RR. Padres Piedra, Espinosa, Peñaherrera y Cisneros en el presbiterio en actitud de recibir las dádivas, su entusiasmo crece, crece y se agiganta cuando los mismos, después de recorrer el templo, tornan al altar y depositan a los pies de María las coronas de Crespo Toral, Luis Cordero y Luz Cordero Toral de Eljuri, Reina de Belleza…” .
Todos somos en cierta manera manipuladores, sin embargo, existen códigos en los cuales, cuando se modifica o manipula eso que queremos cambiar a nuestro beneficio, no se afecta a otros intencional y conscientemente. Al contrario de esto, existen individuos que manipulan de una manera irresponsable su entorno para beneficios que sí afectan a terceros, que ven al prójimo como una cosa, un objeto, recurso o mercancía de la cual pueden impunemente aprovecharse, como en el presente caso publicitado irresponsablemente desde un “escondite”, a partir de mayo de 2015; y en otro, publicado en la misma revista en el año 2013, en el cual vulnerando derechos constitucionales, legales y morales, relacionado con la titularidad de un predio particular, que según el mismo “informador”, era de propiedad de la municipalidad; y, tal como ha sucedido ahora, afectando la honra de personas de bien, respaldado por ciudadanos y ciudadanas de esta comarca, sin la debida información ni sustento legal, reclamaban al municipio de Cuenca, que lo recuperara para la ciudad, pese a existir certificaciones de direcciones municipales, que indicaron que dicho bien no era ni es municipal. Como en el caso de la corona, que el poeta donó a la Comunidad Dominicana, la que ha sido su protectora desde febrero de 1930, al no fundirla y conservarla para la posteridad, virtud que lamentablemente le ha causado polémicas motivadas por algunos actores que buscan un inexcusable protagonismo.
El polémico e incrédulo “informador” y sus manipulados sostienen, que no hay pruebas legales que esclarezcan que el poeta Remigio Crespo Toral donó la corona para mandar a elaborar otra para la Virgen del Rosario, pretendiendo ante lo evidente, metafóricamente: “tapar el sol con un dedo”; y, lo que es peor, dudar de la grandiosidad y generosidad del insigne poeta, cuando con conocimiento de causa el Dr. René Durán Andrade, ex notario de Cuenca, en su intervención del día sábado 4 de noviembre del presente año, con ocasión de conmemorarse el centenario de la coronación del poeta homenajeado en el año 1917, en el museo que lleva su nombre, detalla los hechos ciertos sobre este tema, que no lo hizo antes por el secreto profesional de notario, quien entre otros testimonios contundentes dijo: “…en un acto de profunda fe cristiana y de auténtica humildad, propia de los verdaderamente grandes, despojando a sus propias sienes la corona de laureles, la llevo reverente a depositar en los pies de la Morenica con el fin de que fundida, se convierta en una para, ella si reina, madre del Rey de reyes…”, corroborando lo narrado en el Boletín antes descrito. (Leer intervención del Dr. Rene Durán Andrade, publicada en la presente edición de la revista “EL OBSERVADOR”).
Ante el escandaloso episodio inducido por el “polémico de la corona”, el Procurador Judicial de la Comunidad Dominicana afirmo que: “por la intervención de personajes carentes de valores y ética se ha perturbado su custodia…”, llegando inclusive como afirma el Dr. Durán “…al punto del conflicto penal y del allanamiento fiscal a causa de “apropiación de bienes patrimoniales”…”; que luego de la verificación correspondiente, la fiscalía del Azuay, devolvió a la Comunidad Dominicana, sus verdaderos custodios la “Corona de la polémica”; quienes, ante la diplomática manera de abordar este incómodo suceso, por parte del Lcdo. René Cardoso Segarra, Director del Museo que lleva el nombre del poeta, digno de reconocimiento; y, cumpliendo con un compromiso adquirido con la municipalidad de Cuenca, han entregado voluntariamente en calidad de préstamo para que sea expuesta en el museo Remigio Crespo Toral, como efectivamente hoy podemos admirarla conjuntamente con otras piezas patrimoniales, que bella y profesionalmente se han organizado en la casona que perteneció al ilustre poeta. Inaugurando para orgullo de Cuenca “Patrimonio Cultural de la Humanidad” y de sus habitantes, un nuevo museo para ser visitado y valorado por propios y extraños.
Insistiendo en el llamado cordial planteado a la Comunidad Dominicana, en una edición anterior de la “REVISTA EL OBSERVADOR” (N° 95), en el sentido de que: “en un acto de singular desprendimiento, como el del vate laureado en su momento, donen la Corona original que perteneció al ilustre poeta cuencano REMIGIO CRESPO TORAL, a la ciudad que lo vio nacer y crecer…”, damos fin a este vergonzoso capítulo, que también quedara registrado en la historia de nuestra ciudad “ATENAS DEL ECUADOR”.
Para concluir, a buen entendedor dos reflexiones: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él” (Proverbios 26:4)
“Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión” (Proverbios 26:5).

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