martes, 13 de diciembre de 2016

El caso Orlando Pérez o el arte de hacerse el gil



Publicado en diciembre 12, 2016 en La Info por Redacción 4pelagatos
Una joven guayaquileña, con moretones sobre su cuerpo, hizo hoy una denuncia que conmocionó las redes: Gloria Ordóñez, de 24 años, acusó a Orlando Pérez, director del diario gobiernista El Telégrafo, de haberla agredido. La denuncia la hizo ante un juzgado de Violencia Contra la Mujer y según se lee, se fundamenta en un reconocimiento médico emitido por la Fiscalía General del Estado.
En su versión, Gloria Ordóñez dice que Pérez es su enamorado. Que discutió con él en la noche del 5 de diciembre, hacia la 01:00 de la madrugada. Que él quería que se fuera de su casa a esa hora y ella se negó. Luego la agredió, la arrastró agarrándola por el pelo, la empujó contra el mesón de la cocina… En definitiva, la violentó.
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Gloria Oгdoñez @GloriaOrdonezP
Hoy le pongo nombre y apellido, porque mi cuerpo se respeta, @OrlandoPerezEC! @El_Telegrafo ¡Que se haga justicia! #NiUnaMenos@MashiRafael
07:33 - 12 dic 2016
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Pérez se ha mantenido en total silencio. Un video, seguramente filmado por él, y puesto en la cuenta Twitter de @lolacienfuegos, lo presenta pidiendo a la joven, en forma enérgica, que deje su casa. La increpa. Le pregunta por qué está en su casa a las doce y media de la noche, qué hace ahí, si ha robado algo. La escena es confusa. Se oye cuando ella le responde que está ahí porque quería verlo nuevamente. Dice que está ahí, sin permiso de Pérez, desde hace 24 horas. Pérez le dice que ella ya se había ido y le pregunta por qué regresó. Ella camina hacia la puerta que está entreabierta, pero no se va… En su brazo izquierda ya se nota un moretón.
Diez horas han pasado desde que esta denuncia fue hecha y desde que circulan las fotos con muestras evidentes –y penosas– de violencia sobre el cuerpo de Gloria Ordóñez. Es inverosímil que esto ocurra en un gobierno que se otorga todos títulos de defensor de derechos humanos. Este es un caso de interés público. Por muchos motivos. Primero, porque la violencia (a secas, intrafamiliar o de género) es de interés público y es condenable en cualquier caso. Segundo, Orlando Pérez es un funcionario del correísmo. Ahora es director de El Telégrafo que es el mayor órgano escrito de la prensa oficial y uno de los ejes de este Estado-de-propaganda. Antes fue subsecretario de Pueblos y secretario de Comunicación de la Asamblea Constituyente. Pérez es un elocuente vocero del gobierno y contradictor de sus críticos. En el pasado hizo parte de la subversión armada (Montoneras, Patria Libre), fue acusado de secuestro y purgó tres años y medio de cárcel.
Un caso como el de esta agresión, en cualquier país democrático ya hubiera provocado reacciones de las instituciones involucradas. Aquí no hay institucionalidad pero Pérez, el acusado por la joven, tiene superiores que, si tuvieran sentido de sus cargos, ya hubieran pedido explicaciones al involucrado y ofrecido explicaciones a la sociedad. Él mismo, si su sentido de la ética pública fuera sostenible, ya hubiera hecho lo que se impone, en casos como estos, a cualquier responsable de un medio en una democracia real: dar la cara y liberarse del cargo mientras se esclarece el hecho.
Es inverosímil que la única aparente justificación del lado gobiernista haya venido del troll center, a través de la cuenta de @lolacienfuegos. ¿Es acaso esa la importancia y transcendencia que le dan a este episodio?
El silencio oficial en este caso contrasta con la alharaca hecha, incluso por el propio presidente, cuando algunos ciudadanos críticos han incumplido obligaciones familiares o provocado desgracias involuntarias. Se vuelve a confirmar que para el correísmo la ética es buena solo cuando es aplicada al contradictor.
¿Acaso los jerarcas del corrreísmo no han visto la fotografía donde aparece el cuerpo de Gloria Ordóñez violentado y lleno de moretones? ¿Es lógico que ante esa imagen no hayan dicho algo, dado una explicación, desempolvado algún principio? Silencio absoluto. ¿Dónde están las señoras asambleístas que tanto se han jactado de ser el rostro de la política femenina? No han hecho el más mínimo esfuerzo para esbozar una condena pública o un pedido de explicaciones.
Se hacen los giles.
Hacerse el gil debiera ser el nuevo lema del correísmo.

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