martes, 19 de agosto de 2025
lunes, 18 de agosto de 2025
En el asedio a la Corte Constitucional convocada por el presidente Daniel Noboa, la cereza sobre el pastel la puso el presidente del directorio del IESS, Édgar Lama, quien guarda silencio de Los Dueños de la Salud, investigación de EXPRESO que desnuda un negocio gigantesco a costa del bienestar común.
Rodrigo Paz y Jorge Quiroga van a balotaje en Bolivia y ponen fin a 20 años de hegemonía del partido de Evo Morales
El próximo presidente de Bolivia se decidirá entre un senador y un expresidente, en una inédita segunda vuelta entre dos opciones de derecha. Mientras que el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido fundado por el expresidente Evo Morales, dejará de gobernar dos décadas en el poder.
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Rodrigo Paz sorprendió al imponerse en la elección de este domingo sobre el exmandatario Jorge Quiroga, a quien enfrentará el 19 de octubre.
Ambos candidatos capitalizaron el rechazo del electorado al Movimiento Al Socialismo (MAS), al que se le atribuye la severa crisis económica derivada de la falta de dólares.
¿Quiénes son los dos aspirantes que compiten por relevar a la izquierda?
Rodrigo Paz Pereira, el inesperado
Rodrigo Paz Pereira, economista de 57 años, es hijo del exmandatario socialdemócrata Jaime Paz Zamora (1989-1993). Su triunfo en la primera vuelta resulta inesperado, pues hasta hace una semana las encuestas lo ubicaban entre el tercer y quinto puesto.
Además de senador por Tarija, un departamento al sur de Bolivia, ha sido diputado y alcalde de la capital de esa región fronteriza con Argentina.
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"Quiero felicitar al pueblo boliviano, porque ha dicho: 'Quiero cambiar'. Y esta es una señal de cambio (...), la grandeza del pueblo boliviano que quiere un otro destino", dijo frente a una multitud de sus seguidores en el centro de La Paz.
Nació en Santiago de Compostela, España, mientras su familia estaba exiliada por la persecución de la dictadura militar. Ostenta la nacionalidad boliviana debido al origen de su padre. Su madre es española.
Lejos de las polémicas entre Quiroga y el millonario Samuel Doria Medina, que acaparaban los telediarios como los favoritos, hizo una campaña discreta y austera al frente del Partido Demócrata Cristiano.
Prometió una incorporación de las clases medias y bajas a la vida económica con créditos accesibles, libre importación de productos y una reforma tributaria para incentivar la industria nacional.
Un gran activo de su campaña fue su candidato a vicepresidente Edman Lara, un capitán de la policía que durante años ha forjado una imagen de luchador contra la corrupción dentro de su institución.
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Jorge Quiroga, heredero de un exdictador
Jorge Quiroga es un ingeniero de 65 años, graduado en la Universidad A&M de Texas, exempleado de la multinacional estadounidense IBM y hoy candidato de la alianza política Libre.
Más conocido como "Tuto", apodo que agregó a su nombre oficial, fue vicepresidente del militar Hugo Banzer, un exdictador que a fines de la década de 1990 alcanzó la presidencia por la vía democrática. Lo reemplazó luego de su renuncia por cáncer en 2001 y 2002.
Buscó también la presidencia en 2005 y 2015, pero nunca tuvo tantas posibilidades como ahora.
Se denomina liberal, pero también atrae los votos más conservadores.
"Me voy a dedicar a salvar la economía de Bolivia, a traer inversiones, a abrir mercados. Voy a hacer acuerdos de libre comercio con China, con Corea, con Japón, con Europa", dijo a la AFP.
Promete un "cambio sísmico": bajar el déficit fiscal, reducir el Estado, privatizar todas las empresas públicas deficitarias e impulsar una nueva Constitución con giros "radicales".
Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quedó en primer lugar en los comicios al obtener el 32,14 % de votos válidos, según el Sistema de Resultados Electorales Preliminares (Sirepre) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y tras computar el 95,41 % de las actas.
Por su parte, el expresidente Quiroga (2001-2002), de Alianza Libre, alcanzó 26,81 % de los votos, según estos datos que son preliminares.
domingo, 17 de agosto de 2025
LA CUENCA AMAZÓNICA QUE PERDIÓ ECUADOR.
La inmensa superficie de la región amazónica es de 7.5 millones km²;está ubicada en la América del Sur. La cuenca Amazónica brinda beneficios incalculables a toda la humanidad.
Suministra humedad a toda Sudamérica, influye en las lluvias de la región, contribuye a la estabilización del clima global y posee la mayor biodiversidad del mundo.
El sistema fluvial del Amazonas,está compuesto por más de 1000 ríos tributarios de importancia,con más de 25 ramales que superan los 1000 km de longitud;entre ellos,los ríos:
Napo,Marañón,Putumayo,Japurá,Negro,Ucayali,Juruá.
La Amazonía,es considerada:el pulmón del mundo, es la selva tropical más grande del planeta y se extiende por nueve países de América del Sur. Con una biodiversidad única, es fundamental para el equilibrio climático del planeta. Aunque la mayor parte se encuentra en Brasil, otros países también comparten y protegen importantes porciones de esta región vital.
El Ecuador,ha sido afectado y despojado por los países vecinos de grandes extensiones territoriales,hasta quedar reducido al(1,5%)de la inmensa cuenca del Amazonas;la mayor culpa recae en los gobiernos que han dirigido el país,por siempre conocido, como: “ECUADOR AMAZÓNICO”; que en la actualidad,al perder los territorios orientales,no tiene acceso a la importante cuenca amazónica.
La santa quiteña Mariana de Jesús profetizó:
“El Ecuador no será destruido por desastres naturales, sino por los malos gobiernos”.
La región amazónica u Oriental,alberga una enorme riqueza cultural y natural,como el Parque Yasuní,en donde se hallan más especies por km² que en cualquier otra parte del mundo.
En la Amazonía ecuatoriana, se han perdido más de un millón de hectáreas de formaciones boscosas,debido a la desatención de los gobiernos a la región Oriental o Amazónica;además por las equivocadas negociaciones limítrofes a través de diferentes Tratados, Protocolos y Convenios Internacionales,por litigios fronterizos con los países vecinos:Perú,Colombia y Brasil,desde 1826 hasta 1998.
Los presidentes: Jamil Mahuad y Alberto Fujimori firmaron el acuerdo de Brasilia,para poner fin a los diferendos limítrofes territoriales (26,octubre de 1998);con ese acuerdo,el Perú,cedió al Ecuador,un pírrico kilómetro cuadrado de territorio en Tiwintza,un punto clave en la guerra de 1995,en donde se construiría un parque de paz;pero,en la actualidad Tiwintza,está olvidado;además con nuevos problemas en la región oriental,en donde se concentran principalmente la minería ilegal, el contrabando y la migración irregular.
Investigación y textos:Ermel Aguirre González,para el libro
“ECUADOR/Todo Dato”,publicado con características de un almanaque,con información total de temas relacionados con el país,
presentado de manera resumida e ilustrada a colores;en versiones:impresa y digital online.
Información:Watssap
+593 998751380
Los dueños de la salud | IESS vs privados: la serie que destapó el millonario negocio
sábado, 16 de agosto de 2025
Modelo extractivista en América Latina y el Caribe
Por Félix S. Pilay Toala
Más de 50 años, América Latina y el Caribe han sido escenario de un fenómeno económico que ha moldeado profundamente sus estructuras productivas. El extractivismo, es un modelo, que está basado en la explotación intensiva de recursos naturales para destinarlo a la exportación. A la vez, ha sido presentado durante décadas como una vía rápida hacia el desarrollo. Sin embargo, a la luz de sus impactos negativos causados durante todos estos años, sin avizorar holgura económica se podría sostener que el modelo se vuelve altamente cuestionable.
El extractivismo, para nada es un fenómeno nuevo. Desde la época de la colonia, nuestras tierras latinoamericanas y caribeñas han sido fuente de enormes riquezas de oro, plata, cobre, diamante y otros minerales, además de maderas, petróleo, gas y productos agrícolas codiciadas por las potencias extranjeras. Lo que ha cambiado en los últimos tiempos es la escala y la tecnología de la explotación, así como la narrativa oficial que lo justifica como necesario para alcanzar el tan ansiado “desarrollo”.
No se puede negar que el extractivismo, genera algunas ventajas que seducen a los gobiernos de turno, por lo que, ha generado ingresos considerables para varios países de la región. Por ejemplo, en Ecuador, la explotación petrolera fue y ha sido durante décadas la principal fuente de divisas y al mismo tiempo fuente de riquezas para algunas familias. En Bolivia, el gas natural ha sido vital para financiar programas sociales. En Venezuela, durante el auge petrolero, el ingreso per cápita llegó a ser uno de los más altos de América Latina.
Obviamente, esta bonanza en la minería ha permitido a los gobiernos de varios países de la región, destinar parte de estos ingresos para financiar infraestructura, educación, salud y subsidios. En tiempos de altos precios internacionales, el modelo extractivista se presenta como un atajo hacia el crecimiento económico sin necesidad de una transformación estructural del aparato productivo.
Más, sin embargo, de acuerdo a la experiencia adquirida. los beneficios que trae el extractivismo suelen ser temporales y muy mal distribuidos. Uno de los principales problemas es la dependencia. Cuando una economía depende excesivamente de uno o pocos productos primarios, como el caso del litio en Bolivia, el cobre en Chile o el petróleo en Venezuela, queda expuesta a los vaivenes del mercado internacional. Cuando caen los precios, las economías que han fijado su dependencia entran en colapso financiero y económico.
Y lo que es peor, los ingresos del extractivismo suelen concentrarse en el Estado y en manos de pocas familias y de grandes empresas nacionales o extranjeras, sin que necesariamente se traduzcan en mejoras para las comunidades locales. Es común que estas comunidades queden excluidas del proceso de toma de decisiones y solo se “benefician” de las aguas contaminadas de los ríos, selvas y bosques transformados en desierto, desplazamientos forzados y del polvo que dejan los vehículos de alta gama que circulan por sus territorios.
Se estima que, en Perú, la expansión minera ha generado una serie de conflictos sociales, muchos de ellos de alta violencia. Según informe la Defensoría del Pueblo, más del 60% de los conflictos sociales en el país están vinculados a actividades extractivas. Otro caso emblemático es lo vivido en el pueblo Shuar en la Amazonía ecuatoriana, que ha resistido estoicamente la invasión de la minería a gran escala en su territorio ancestral, ellos argumentan con justa razón que el extractivismo salvaje, destruye su modo de vida y la biodiversidad.
Se sostiene que el modelo extractivista podría ubicarse en una nueva forma de colonialismo económico. Países como Haití, Guyana o Surinam, que son ricos en oro, bauxita y petróleo, han sufrido procesos de extracción sin que se generen mejoras sustantivas en su calidad de vida. En el mejor de los casos, se crean empleos temporales y precarios. En el peor, se destruyen ecosistemas irrecuperables.
Por tanto, el auge extractivista, implica un modelo insostenible y aplica la violencia para poder prevalecer, pues cada vez se las ingenia para mercantilizar la naturaleza. En América Latina y el Caribe la apropiación del modelo extractivista, se evidencian tanto en los impactos negativos que produce, como en las distintas estrategias que emplean las empresas para imponerse en los territorios y desplazar en algunos casos a sangre y fuego a las comunidades originarias.
Frente a este escenario es urgente “reducir el extractivismo”, y dirigirse hacia modelos post-extractivista que promuevan una economía diversificada, sostenible y con justicia social. Esto implica fortalecer la soberanía alimentaria, invertir en ciencia y tecnología, fomentar las economías locales y, sobre todo, reconocer los derechos de la naturaleza y fundamentalmente el derecho a la vida de los pueblos originarios.
El extractivismo y la minería legal e ilegal, en América Latina y el Caribe puede ser una bendición o condena. Ya que es fuente de ingentes ingresos económicos, pero también de conflictos, desigualdad, asesinatos y destrucción ambiental. Se necesita un debate honesto, profundo y plural sobre su modelo de desarrollo. El progreso no puede construirse sobre territorios arrasados ni sobre los derechos vulnerados de los pueblos.
Félix S. Pilay Toala
Profesor Universitario
Escritor, Analista económico y político
Doctor (PhD), Economista, Magister en Administración Pública.
Presidente, RED ICALC, (Red de Investigadores Científicos de América Latina y el Caribe).
Director de la Revista Científica “RedCiencia360”
Pilayfelix071@gmail.com
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