martes, 14 de enero de 2025

 Es una pena que la Universidad de Cuenca, sea refugio de correístas, que se utilicen sus instalaciones, para con descaro, hacer proselitismo político. Urge la intervención de la Contraloría, para que frene y sancione estos abusos descarados, de los que tienen la obligación de cuidar celosamente los bienes de la Institución educativa, que deben estar a disposición de los estudiantes y catedráticos, mas no de un grupo político al servicio intereses protervos, que son de conocimiento público. 

El Observador.

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