La guerra, arrolladoras sanciones económicas y una sequía devastadora han creado
una crisis que el Programa Mundial de Alimentos califica como “el Infierno en la Tierra” – pero es peor que eso.Incapaz de alimentar a su familia, una madre tuvo que hacer lo impensable: vender a su hijo para ayudar a dar de comer a su hija pequeña. Con 104 dólares compró algo de arroz, aceite y harina. Y ya se le acabó todo.
La ONU está haciendo un llamamiento a favor de una gran operación de ayuda humanitaria, pero la respuesta de los gobiernos es lenta y la necesidad, imperiosa. No podemos mirar para otro lado.
Tu donación podría ayudar a proporcionar alimentos y asistencia médica en pocos días. Pero también podríamos usar la respuesta de nuestra comunidad como herramienta para conseguir fondos adicionales de los países ricos, que gastaron billones en la guerra y ahora tienen la obligación moral de ayudar.
El 100% de los fondos que recaudemos se destinará directamente a ayuda humanitaria. Juntos podemos contribuir a:
- Proporcionar alimentos, agua, calefacción, kits de higiene y suministros médicos de emergencia;
- Cubrir gastos vitales para mantener los hospitales y las salas de maternidad abiertos;
- Pagar el salario de médicos, enfermeros, organizadores y consejeros de las comunidades;
- Financiar proyectos de apoyo a la subsistencia, envío de remesas y mitigación de la sequía;
- Apoyar a organizaciones que proporcionan ayuda a los refugiados y a los desplazados por la crisis.
Todo se reduce a esto: Un millón de niños y niñas podrían morir en los próximos meses. No por violencia o un virus, sino por la cosa más sencilla: no comer durante más tiempo de la cuenta. No debemos esperar un minuto más,
vamos a ayudar todo lo que podamos –
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