viernes, 29 de octubre de 2021

 

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Publicado en la Revista El Observador (edición 125, octubre de 2021) 

 


La música como herramienta rehabilitadora
La música. Vía directa hacia la reinserció, genera enriquecimiento personal y social a quien lo cultiva, a medida que aumenta el uso de la música entre los grupos, el comportamiento humano cambia, influye directamente en la formación de la identidad de las personas, es un medio socializador  muy eficaz, facilita herramientas de expresión e interacción que repercute positivamente en el individuo, la música actúa como técnica terapéutica, rompe la rutina , abre horizontes más humanizados y humanizadores del contexto y de la realidad carcelaria.

En el Centro de Privación de Libertad (CPL) Azuay Nº1, anteriormente conocido como Centro de Rehabilitación Social Turi, los ejes de tratamiento del sistema nacional de rehabilitación social, tipificado en el artículo 701 de COIP, se llevan a cabalidad en todos sus programas, pero hay uno que es notorio y sobresale; y es el talento musical de los PACL (Persona Adulta en Conflicto con la Ley). Todo inicia con un taller de construcción de instrumentos musicales de la región andina, gracias al acuerdo y colaboración del “Centro Cultural andino”, los directivos y de los coordinadores del área laboral Ingeniero Andrés Zea, cultural la Licenciada Andrea Abril; personas responsables de promover y facilitar espacios de gran importancia para que un PACL pueda acceder a los beneficios que por ley existen en el régimen penitenciario.

Jorge Aguirre V. el instructor y facilitador de este programa manifiesta: La música es un elemento que nos permite experimentar y conocer un modelo de vida diferente, mejora las habilidades sociales y conductuales como la tolerancia, el respeto, la empatía, la interculturalidad y la comunicación. Nos libera de miedos, temores y prejuicios, que eleva nuestra autoestima. Nos complace ver el entusiasmo y las ganas que ponen los 40 internos que participan de estos talleres. Podemos ver trabajos de gran calidad artesanal, manos hábiles y mentes creadoras para diseñar y decorar, dan como resultado variados y hermosos instrumentos musicales como: quenas, zampoñas, pallas, pinguillos, rondadores, instrumentos de percusión menor y silbatos.

Como complementos indispensables a este programa de formación laboral, viene lo educativo y lo cultural. En lo educativo se les imparte formación histórica, cultural y artística que permitan al estudiante a identificarse culturalmente, conceptos básicos de ejecución y practica mediante ejercicios de respiración, postura, posición del cuerpo y digitación. La estrategia de aprendizaje empieza principalmente con el acercamiento al instrumento para su posterior ejecución, finalizando este proceso viene el ensamble grupal para su tercera etapa netamente cultural.

Es así como nace el grupo de música folclórica que ya tiene un nombre “Vientos de Libertad”, y está conformado por 20 internos varones y 3 féminas, voces y sonidos de instrumentos ancestrales alegran el ambiente, ritmos como sanjuanitos, albazos, pasacalles, capishas, tonadas, yaravíes, desarrollan la sensibilidad y el espíritu artístico de todos  los que escuchan, es notorio la alegría, la integración, confraternidad, ese cambio de estado de ánimo que con la magia de la música nos libera de tensión, frustración y otros elementos negativos frutos del encierro de una prisión.

Pero el grupo esta solo para cosas buenas. Ya está en marcha la grabación de su primer CD, con villancicos cantados en español y quichua. Es un emprendimiento que tiene como objetivo el recaudar fondos para crear la primera escuela de música intramuros. Equipar con la compra de guitarras, violines, teclados, equipos de sonido, micrófonos, cables, parlantes; etc. Sería la única en el país con respecto a los centros penitenciarios.

El Centro Cultural Andino, será el gestor con otras instituciones educativas en proveer de maestros  o tutores, que darán capacitación permanente mediante los programas de vinculación con la sociedad. Emprendimiento ambicioso al cual algunas instituciones ya han mostrado su interés por apoyarnos. Entre algunas esta la Arquidiócesis con Monseñor Pérez, la Casa de la Cultura con su director Martin Sánchez. Queremos dar las gracias a nuestro instructor y director musical Señor Jorge Andrés  Aguirre Vicuña, al Centro Cultural Andino, a nuestro director Magister Ulises Astudillo por todo el apoyo y facilidades que nos da para los ensayos y grabación del CD. A los coordinadores de las áreas laborales, educativos y culturales, que nos alientan día a día a seguir con nuestras aspiraciones. Queremos dejar y hacer llegar nuestro mensaje de que nuestra música es libertad, por inclusiva, cultural y pluricultural. “Sin identidad no hay libertad”.

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