viernes, 9 de noviembre de 2018

Las cuatro horas que sellaron la suerte de Correa

   en Conexiones4P/Elenfoque  por 
Felipe Rodríguez llegó angustiado al último piso de la Corte Nacional. “Es la primera vez que estoy nervioso antes de una audiencia”, confió a un grupo de periodistas el abogado de Fernando Balda, cuando faltaba media hora para que entrara a la sala de la Corte Nacional de Justicia la jueza Daniella Camacho. Pero no era solo Rodríguez el nervioso ni el único que parecía comerse las uñas. “Llevamos una semana con insomnio. Si hoy la jueza no llama a juicio a Correa este país se sale de madre. Correa regresa mañana y se viene la muerte cruzada porque el correísmo volvería a tener a su tótem”, decía casi al tiempo Jairo Lalaleo, otro de los abogados del equipo que ha trabajado para Balda.
Y no era para menos. En la sala había la sensación de que el anuncio que tenía que hacer la jueza Camacho la tarde del miércoles 7 de noviembre marcaría definitivamente el escenario político del país para los próximos años, y eso se sentía también en al alboroto que un grupo de al menos cien correístas montaron durante toda la tarde el pie de la Corte Nacional. Si la jueza Camacho llamaba a Correa a juicio, el ex presidente no podría venir al Ecuador en al menos 7 años a menos de que esté dispuesto a ser llevado preso por la orden de prisión preventiva que tiene en su contra y que fue ratificada por Camacho. Y si no lo llamaba, el ex presidente quedaría libre para regresar al país y reagrupar a sus golpeadas y alicaídas bases precisamente cuando las encuestas dicen que el gobierno de Lenín Moreno pierde aceptación en caída libre.
Tuvieron que pasar al menos cuatro horas para que los nervios fueran borrándose de los rostro de los miembros del equipo de abogados de Balda. Durante ese tiempo, la jueza Camacho leyó detallada y monótamente alrededor de 120 páginas de su resolución en la que hizo su llamamiento a juicio por el secuestro a Fernando Balda, hecho acaecido en Bogotá en el verano del 2012. Al final estallaron los aplausos y los abrazos: de acuerdo a Camacho los elementos de convicción o evidencias que habían presentado la Fiscalía y la defensa de Balda para vincular al secuestro a Correa y al ex secretario de Inteligencia, Pablo Romero justificaban el llamamiento a juicio. A más de Correa y Romero, fueron llamados los ex agentes Raúl Chicaiza y Diana Falcón, autores confesos y testigos protegidos por la Fiscalía.
Para Camacho, los alegatos de Caupolicán Ochoa, el abogado de Correa, no fueron válidos para descartar los 20 elementos de convicción o evidencias que apuntan a Correa como el principal autor intelectual del secuestro. Básicamente, la argumentación de la jueza se sustenta en el hecho de que sin el conocimiento y aprobación de Correa, el operativo con la participación de agentes de la Senaín, para secuestrar a Balda en Bogotá, era absolutamente impensable. El sistema jerárquico en la cadena de mano es bastante clara: la Senain no hacía nada sin las órdenes de Correa. Para llegar a esta conclusión fue clave el testimonio de los dos ex agentes Raúl Chicaiza y Diana Falcón quienes como testigos protegidos aseguraron durante el proceso que fue Correa quien dio la orden de hacer el secuestro por intermedio del entonces secretario de Inteligencia, Pablo Romero quien ahora está prófugo. Pero también estaban los cheques con los que se pagó el operativo, los testimonios de los sicarios colombianos contratados, los peritajes hechos por expertos y los audios en los que se escucha a Romero hablar del Presidente entre un total de 20 elementos de convicción.
EL EQUIPO DE ABOGADOS DE BALDA POSÓ JUNTO A ÉL AL FINAL DE LA AUDIENCIA.
De acuerdo a la jueza Camacho, las evidencias apuntan al delito de plagio o secuestro pero no al de asociación ilícita, como también había pedido la Fiscalía por lo que el juicio únicamente podrá hacerse sobre ese tema. Sin embargo, la fiscal encargada que estuvo en la audiencia apeló al final para que también se procese a los involucrados por asociación ilícita. Camacho, en la aridez de su alegato jurídico, incluyó algunos párrafos sobre la importancia de la libertad en la vida de los individuos y las sociedades civilizadas. También dijo que el operativo hecho con fondos públicos y con funcionarios de la Senain estuvo completamente por fuera del sistema legal y que el servicio de inteligencia se había convertido en un sistema político.
En la sala de la Corte Nacional había también otra gente pendiente por lo que podría pasar con el anuncio de la jueza.  Ahí estaba, por ejemplo, Isolda Morales, una ex funcionaria del Ministerio del Interior que es persona de confianza absoluta del ex ministro José Serrano.  Atenta de todo lo que iba leyendo la jueza, Morales estuvo desde el inicio en la sala. No es la primera vez, ha estado en todas las audiencias relacionadas con el caso y en verdad eso no sorprende: José Serrano es el personaje que más bien librado ha salido del caso. A pesar de los testimonios de ex agentes de la Senain como Diego Vallejo, que  lo señalan como uno de los operadores de Correa en este episodio, Serrano nunca fue involucrado en el proceso.  Quizá el trabajo silencioso y discreto de Isolda Morales ha sido muy eficiente.
Pasadas las 16:00 la jueza Camacho hizo un receso de algo más de 30 minutos. Durante ese tiempo, abogados, periodistas, parientes, acusados y hasta curiosos se cruzaron en el pequeño y deslucido vestíbulo que queda entre la sala y los baños.   Diana Falcón llamó la atención de quienes la vieron caminar hacia una pequeña sala reservada para los acusados: llevaba una camisa de rojo encendido que contrastaba con la ropa discreta y más bien triste que había lucido en las audiencias anteriores y lucía su cabellera larga, brillante y especialmente cuidada. Era evidente que para ella, ese era un día para celebrar.
Cuando la lectura que hacía la jueza Camacho ya permitía anticipar que Correa no tendría buenas noticias, su abogado Caupolicán Ochoa intentó echar sombras sobre la audiencia. Se levantó y fue a donde uno de los asesores de la jueza para decirle que en redes sociales diario El Telégrafo había ya anunciado que Camacho había llamado a juicio al ex presidente. Camacho, cuando supo de la queja de Ochoa, interrumpió la lectura, levantó los ojos y clavándoselos le dijo al abogado de Correa que las redes sociales hacen “lo que les da la gana”. Como Ochoa insistía con su queja, la jueza le replicó fastidiada: “¿Y qué quiere que haga? Suspendo la audiencia y me voy al Telégrafo a darles quiños?”. La sala estalló en aplausos y Ochoa se hundió aún más en su puesto. Más tarde, se supo que el supuesto mensaje de El Telégrafo en Twitter no era sino un montaje para enturbiar el ambiente y afirmar luego que todo ya estaba cocinado desde el Gobierno. El propio Rafael Correa lo había puesto en su cuenta de Twitter.
Aproximadamente a las 19:00 Camacho acabó su intervención. Abrazos y felicitaciones del lado de la defensa de Balda, silencio del lado de de la defensa de Correa. Luego, en rueda de prensa Ochoa dijo que el resultado de la audiencia no le sorprendía pues era sabido, según él, que todo el proceso estaba guiado por la intención de perseguir políticamente a su defendido Rafael Correa. Ochoa dijo que era evidente que el gobierno y los medios de comunicación habían influido sobre la jueza con opiniones y reportajes sobre la participación de Correa en el secuestro. En la resolución no se tomaron en cuenta los argumentos de descargo, dijo Ochoa quien aseguró que llamaría en las próximas horas a Correa para saber qué va a hacer de cara al juicio. No dejó de lanzar una curiosa advertencia: “están jugando con fuego”.
Luego de Ochoa, Balda habló con los periodistas. “Aunque parezca una victoria no lo es. No es momento para celebrar. No podemos celebrar que el Ecuador comprobó hoy que estos hechos criminales fueron ordenados por un presidente de la República”.Pero estaba visiblemente contento. Según Balda, el llamamiento a juicio a Correa será un precedente y una advertencia a quienes “quieran seguir los pasos de Correa”. Impecablemente vestido, como siempre, dijo que se presionará para que la Interpol detenga a Correa. Además, aseguró que en los próximos días pondrá una demanda por peculado en contra de Correa por haber usado fondos públicos en su secuestro. De sentenciarse como culpable de peculado a Correa, el ex presidente no podrá volver nunca más al país si no quiere ir a la cárcel para ser juzgado pues el peculado es un delito imprescriptible.
También habló Felipe Rodríguez. Informó que un tribunal con tres magistrados de la Corte Nacional de Justicia deberá ser conformado para enjuiciar a Correa y a los otros acusados. Rodríguez calcula en 7 años el tiempo en que Correa podría estar como prófugo de la justicia si no quiere presentarse al juicio, como que aparentemente ocurrirá. Si se suma un tema de peculado, Correa no podrá asomar sus narices por el país nunca más. Además, dijo que con la resolución de Camacho se hace mucho más probable que la Interpol decida aprehender a Correa en Bélgica donde vive.
Cuando ya todos se iban a sus casas, el equipo jurídico que trabajó en el caso se juntó al pie de un inmenso óleo que representa a la justicia y, jubilosos, posaron para las fotos. Al menos hasta la noche del miércoles todo era felicidad.

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