lunes, 27 de junio de 2022

 QUE SE VAYAN TODOS


El llamado al país del encuentro fracasó. Lejos de los consensos ofrecidos, la intención

de imponer el neoliberalismo fondomonetarista y las políticas de austeridad fueron las

detonantes de varias protestas sociales que se unificaron y generalizaron en el paro

indígena y popular.

Mientras las movilizaciones y el descontento contra el régimen crecen, Lasso intenta

ocultar la escena de la represión policial y militar, incluso los asesinatos, con el sermón

de un diálogo inquisidor en el que posiciona a los manifestantes como violentos y

enemigos de la sociedad.

Así se busca criminalizar la protesta para legitimar la coerción y el modelo económico-

político gubernamental; a ese tenor la caja de resonancia de los emporios de la

comunicación des-informan, las cámaras empresariales declaran pérdidas y las otras

funciones del Estado se ofrecen como mediadoras.

Ellos reproducen el discurso iracundo del gobierno, se encargan de censurar el poncho,

el sombrero, las chalinas o las coronas de plumas. Esas élites que se avergüenzan de su

mestizaje, que reclaman blanquear las ciudades, especialmente Quito, califican a los

indígenas como hediondos, vándalos, terroristas, golpistas y enemigos de la

democracia. Evidentemente no son neutrales, ni apolíticos, son decididamente

defensores del status quo, de las desigualdades, del gobierno de Lasso.

Marchan con bandera blanca, disfrazados de paz, mientras corean cánticos pestilentes

de racismo, xenofobia y odio. Son supremacistas criollos, adoradores del fascismo, que

lustran sus intereses clasistas con la estirpe colonial de sus apellidos y la organización

de hordas paramilitares que provocan incidentes y disparan sin ley contra

manifestantes.

De esa forma se cierran las puertas a un diálogo real y se reduce las políticas públicas a

la narrativa del monólogo presidencial, que abraza como suyas las órdenes del Fondo

Monetario Internacional. La tozudez y vanidad del banquero, sus errores políticos, lo

está llevando al borde del abismo.

La inconformidad social quiere ser cosechada por el correísmo que tramita la

destitución de Lasso y el adelanto de las elecciones presidenciales. ¿Acaso olvidan que

son parte del problema o prescinden de los acuerdos con el banquero para la

impunidad de los corruptos?

Si Lasso cae será el reflejo del rechazo popular a su dogmatismo neoliberal y no obra

del oportunismo de cualquier institución sin credibilidad. En la calle madura la idea que

se vayan todos, que el pueblo organice su propio gobierno.

Francisco Escandón Guevara

Email:               fcoescandog@gmail.com

       fescandonguevara@yahoo.com

Blog:                 fescandonguevara.wordpress.com

Twitter:            @PanchoEscandon

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