miércoles, 27 de octubre de 2021

 

Publicado en la Revista El Observador (edición 125, octubre de 2021)

 

 


27º Congreso mundial de arquitectura UIA 2021 RIO
“…La crisis enfrentada actualmente en todo el mundo evidenció la interdependencia entre economía, política, sociedad, ambiente, ciudad... Más que nunca, tenemos la comprensión de que vivimos la misma era y compartimos el mismo planeta…” Comité Ejecutivo.

En el presente 2021, mismo que ha resultado el segundo año de la “virtualidad” debido a la emergencia sanitaria que se vivió a nivel mundial, se llevó a cabo el 27º Congreso Mundial de Arquitectos desde el mes de marzo hasta julio, comprendiendo un extenso e intenso programa virtual y gratuito, abierto al público de todos los continentes, de manera trilingüe, promovido por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), por primera vez en Brasil.

Las ciudades contemporáneas conviven con favelas, inquilinatos, ocupaciones no consentidas, indigentes sin techo, abrigos para refugiados e inmigrantes. Estas cuestiones demandan soluciones y obligan a los arquitectos y urbanistas a explorar nuevas formas de actuación… Más aún el desafío consiste en ciudades postpandémicas, para lograr que sean más resilientes, justas, sustentables, incluyentes y equitativas.

La bienvenida la dio Sergio Magalháes, Presidente del Comité Ejecutivo de la UIA 2021 RIO, indicando que los debates se los realizaría en pro de un esfuerzo propositivo para que la arquitectura y el urbanismo sean instrumentos a fin de construir mejores ciudades para todos, ciudades menos desiguales.

Thomas Vonier, Presidente de la Unión Internacional de Arquitectos, y María Elisa Baptista, Presidenta del Instituto de Arquitectos de Brasil, coinciden en que la idea es planificar ciudades generosas, de naturaleza vigorosa, acogedoras, diversas y más democráticas, juntos ser una fuerza transformadora. Por otra parte, Eduardo Paes, Alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, y Claudio Castro, Gobernador, resaltaron el hecho de ser patrimonio durante 5 siglos, por lo que es un honor que Río, sea la sede de este evento, como un lugar inspirador, como un verdadero laboratorio urbanístico, colonial y futurista a la vez.

Por ello, fue importante ser partícipe del Congreso UIA 2021 RIO, “Todos los mundos, un solo mundo – Cuerpos en el mundo” título que llevaban todos los videos introductorios, los cuales consistían en interesantes propuestas culturales que se fueron desarrollando a partir de la pandemia, performances de calidad como una respuesta artística al encierro, a la violencia, a la pobreza… como por ejemplo realizaron bailes en las cubiertas de las casas, grafitis en los espacios públicos, exposiciones de patinaje en favelas… lo cual encajaba o se acoplaba con los debates que venían a continuación, en donde grandes conferencistas y expositores discutieron sobre el futuro de la arquitectura y de la ciudad, abordando temas como movilidad urbana, vivienda social, patrimonio y cultura, saneamiento, transporte, infraestructura, eficiencia energética, y salud urbana, dentro de cuatro ejes temáticos: “Fragilidades y desigualdades”, “Diversidad y mezcla, “Cambios y emergencias” y “Transitorios y flujos”.

En esta entrega, vale la pena resaltar los temas de “Arquitectura de la Inclusión Social” y “Arquitectura en las favelas” dentro del eje de “Fragilidades y desigualdades”, en donde  la arquitecta suiza Fabienne Hoelzel recalca que se debe dejar la idea de planificar para el futuro, porque el futuro es ahora, habla sobre “Afrotopía”, un libro que trata de ciudades utópicas africanas, explicando sobre el compostaje en asentamientos informales muy pobres, como una tecnología de cooperación y trabajo comunitario que se puede acoplar en cualquier lugar. También indica que el 80e moviliza a pie, no hay calles planificadas por lo que es llamada la ciudad del futuro, de tal forma que hay diferentes tipos de pobreza: no disponen de muchos autos y calles pero son autosuficientes, y sin glorificarlos, podrían ser hasta autosustentables.  En este marco, la socióloga brasileña Maria Alice Rezende, al hablar sobre la actitud a la defensiva de los habitantes de las favelas al tomarlas a éstas áreas como suyas y no como de la ciudad, resalta que este tipo de democracia popular les ayudó en la pandemia, a afrontarla y colectivamente superarla. La Inclusión social implica repensar en la desigualdad a nivel mundial.

El Arq. colombiano Alejandro Echeverri al exponer sobre las desigualdades en Medellín, explica que aquellas líneas imaginarias segregadoras podrían seguir existiendo en las comunas luego de una intervención social – urbanística, sin embargo, como arquitectos somos capaces de cambiar historias, de entender procesos distintos, conectarlos y traducirlos en acciones físicas o transformaciones, pero hay que ser conscientes del tiempo. Entonces, es importante que en esa línea exista convergencia de historias, es evidente que en los barrios informales está relacionado el urbanismo y la economía, por lo que se deben crear espacios articuladores capaces de conectar diferencias, con un sistema de transporte eficiente por ejemplo, movilizando diferentes actores: poder público que deber saber escuchar, comunidades con sus necesidades y participación activa, universidades que están actualizándose y mejorando cada día, iniciativa privada y acciones individuales, las cuales pueden incluir las constructoras y profesionales en todos las ramas.

De esta manera, fueron cinco meses de aprendizaje y reflexión acerca de cómo se han planificado las ciudades, como ha afectado la pandemia sobre todo a los sectores más pobres y se han visibilizado aún más las desigualdades a nivel mundial, creando conciencia de que la arquitectura y el urbanismo están hechos para inventar nuevas formas de vivir y de crear sociedad, pensando en que familias enteras debían convivir en una sola habitación, sin empleo y con hambre en esta pandemia; el reto es crear impacto social frente a la desigualdad a través de procesos transparentes, resilientes y equitativos que se adapten a las necesidades actuales, en donde son fundamentales las alianzas y el trabajo de cooperación multiactor, con acciones articuladas y coordinadas con y para la comunidad, principalmente para los grupos más pobres y vulnerables –mujeres, niños y niñas, personas con discapacidad, ancianos-, como portadores de sus propias necesidades y alternativas a través de la planificación participativa, considerando vivienda para todos, espacios públicos accesibles, sistemas de saneamiento eficientes, gestión de riesgos, aprovechamiento de los recursos rurales, etc. a fin de lograr sociedades más justas, solidarias y sostenibles.

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