jueves, 18 de diciembre de 2025

 Estos "Pobres Angelitos", funcionarios del gobierno del "Nuevo" Ecuador", acusados injustamente de los millonarios contratos fallidos entre el gobierno y las empresas fantasmas, nada tiene que ver. Ellos son víctimas -inocentes de esos fieros amarres que se hicieron entre gallos y media noche. Ellos no vieron ni escucharon nada, no intervinieron en nada, solo miraron los toros desde lejos. El presidente Danielito (siempre ausente y desentendido de la tragedia que vive el país), debería hacer un agasajo navideño en Carondelet, como un desagravio ante tanta injusticia y dolor que están viviendo, sus amigos, en estos desdichados días, por culpa de los metiches periodistas, que no les dejan vivir la fiesta en paz.

Esta es una crónica de una descarada estafa anunciada y planificada desde los rincones más siniestros de la corrupción. Luque, Wong, Calero, son dignos merecedores de la más alta presea que entrega el gobierno a distinguidos ciudadanos por su trayectoria de honestidad y servicio al país. Además, se debería colocar una placa en la fachada de Carondelet, con sus fotos a full color, con la siguiente frase: Estos son los magos que hicieron desaparecer de la noche a la mañana, millones de dólares, en la contratación de un montón de fierros viejos, traídos desde el exterior para solucionar la crisis energética del país.
Dado y firmado en el sillón vacío de Carondelet, en diciembre del año que termina para desdicha del pueblo, y para satisfacción de los nuevos millonarios. Amén.
El Observador


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