martes, 30 de noviembre de 2021
CECILIA UGALDE, CANDIDATA AL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DEL AZUAY
¿Quiénes somos?
Somos un colectivo de la comunidad universitaria que, desde el estudiantado, la
docencia, la carrera administrativa, la investigación y la vinculación, se ha articulado en
un contexto de crisis económica, social, y sanitaria, para presentar a la Universidad del
Azuay una alternativa viable y sostenible que permita a sus miembros recuperar la misión
institucional de formar personas con un alto nivel académico, ético y humano. Dentro de
la Universidad debe primar un ambiente donde se respete la pluralidad, la convivencia en
libertad y con la diversidad, sin miedos.
Nos auto convocamos para discutir los retos que enfrenta nuestra institución, que
consideramos nuestra casa, en este momento histórico. La época nos exige responder
con ética y sentido de justicia a una realidad global que ha puesto en riesgo la existencia
misma de la sociedad y de sus instituciones como las conocemos.
Nuestro objetivo a corto plazo es diseñar estrategias para mejorar la gestión universitaria
y generar planes de acción para canalizar las necesidades de toda la comunidad,
colocándolas en una verdadera mesa de diálogo. Esto permitirá una gestión
mancomunada, eficiente y equitativa. A mediano y largo plazo, queremos alcanzar una
institucionalidad sólida y de excelencia, que no termine en los perfiles individuales, que
trascienda al paso del tiempo y que siga respondiendo a las necesidades de la educación
superior según estas emerjan.
Promovemos una universidad que se ajuste a la cambiante época que vivimos, para lo
cual buscamos que sea flexible para adaptarnos con mayor facilidad a las exigencias que
enfrentamos, con capacidad global e impacto local, ágil para reinventarse cuando el
entorno así lo exija y digital para responder estratégicamente a los procesos que la
transformación tecnológica y social nos impone.
viernes, 26 de noviembre de 2021
miércoles, 24 de noviembre de 2021
martes, 23 de noviembre de 2021
7 de octubre, 2020 - 00h07
Propone Simón Espinosa en su columna última en El Comercio –y yo me hago eco de su propuesta que es lógica, fundamentada, necesaria, para recuperar la ruta del derecho–, que si la Constitución de Montecristi fue aprobada directamente por el pueblo, en un referéndum, por el mismo sistema, el pueblo puede derogarla; acto seguido, en la misma consulta, el pueblo puede declarar vigente la última Constitución, la de 1998, que por no ser nueva, no necesita seguir el engorroso trámite de la actual Constitución con el que buscó convertirse en eterna, al igual que las de todos los países en los que triunfó el socialismo del siglo XXI. Recuérdese que fue Chávez el que nos envió a unos asesores españoles de Podemos para que redactaran la Constitución de Montecristi; son los mismos asesores que redactaron la Constitución bajo la que gime el pueblo de Venezuela. Así que los ecuatorianos no estamos regidos por una Constitución hecha por ecuatorianos. Las reformas que intenta la Asamblea, al fin de su mandato, no conducirán a ninguna parte porque está integrada, en su mayoría, por legisladores nacidos del correísmo, aunque estén divididos en dos bandos; a más de que no vemos entre ellos a conocedores del derecho constitucional; entre los candidatos anunciados para la nueva Asamblea tampoco vemos juristas, hombres de Estado. Pocos hombres de valor, muchos ambiciosos. Los dos bandos que apoyaron la Constitución de Montecristi, es curioso, ahora la han objetado: el morenismo, al llamar a consulta popular para reemplazar al CPCCS existente por uno transitorio, y el correísmo, cuyo candidato presidencial acaba de reclamar la reunión de una Asamblea Constituyente. Esto último luce como un medio para nuevamente meter mano en la justicia y dejar sin efecto las condenas del caso Sobornos.
La propuesta de Simón Espinosa, de reemplazar la Constitución vigente por la anterior, tiene antecedentes en nuestra accidentada historia republicana. Recordemos algunos: la segunda Constitución liberal de Alfaro, de 1906, luego de la expedida en 1929, por la Asamblea Constituyente convocada por Ayora, fue declarada nuevamente vigente por las dictaduras de la segunda mitad de los años treinta, primero, y luego, cuando no se llegó a formalizar la de la Asamblea Constituyente del 38, disuelta por Mosquera Narváez, el Congreso proclamó la vigencia de la de 1906. La Constitución de 1946, que reemplazó a la de 1945 –en Asambleas convocadas, ambas, por Velasco Ibarra–, permaneció vigente hasta la dictadura militar de 1963, que declaró vigente la efímera de 1945. Más tarde, en 1970, Velasco Ibarra puso en vigor, nuevamente, la de 1946.
La propuesta de Espinosa abre un camino para superar esta aciaga época; al presidente Moreno le enaltecería llevarla adelante convocando un referéndum que podría efectuarse simultáneamente con la primera vuelta electoral. Los candidatos a presidentes y legisladores tendrían que pronunciarse y comprometerse sobre la consulta. Esta eliminación de la Constitución de Montecristi, por decisión popular directa, sería una válvula de escape para tanta frustración, descontento, cólera, contenidos. Hay que eliminar el mal, de raíz, para recuperar la libertad. (O)
La Constitución de Montecristi es Cartago. Una Asamblea belicosa, un Ecuador en vilo ante el virus de la “patria grande”: Cuba: en coma; Nicaragua, asfixiada; Perú en observación y Venezuela agonizando. Nuestras instituciones ecuatorianas, nuestra moral pública, nuestra gobernabilidad: casi, casi una tragicomedia cínica y negra, escrita por un comediante loco para un teatro de lo Absurdo.
“¿Puede el Ecuador seguir así?” es el título de la columna del Dr. Mauricio Gándara Gallegos en diario El Universo del miércoles pasado. “Estamos viviendo una pesadilla y no sabemos cuándo despertaremos: a la de la pandemia, parece que nos estamos acostumbrando a convivir con ella; pero parece que también con la anarquía, con los crímenes en las calles, en las cárceles, los jueces venales; a ratos podría creerse que es por el temor al contagio que los ciudadanos no salen a protestar como en otros tiempos, pero presentimos que desde muy hondo se está gestando una reacción de consecuencias impredecibles”.
Toda infección genera anticuerpos. La Carta Política del 2008 infectó la institucionalidad y la volvió baja, vil, oscura. Infectó la gobernabilidad y la volvió inestable como un castillo de arena que se viene abajo al primer lengüetazo de la marea. Contiene, sin embargo, los anticuerpos de las facultades del presidente de la República: la consulta popular y “la muerte cruzada”. La consulta popular establecida en el artículo ciento cuatro, literal dos para derogar la Constitución del 2008, y reponer la inmediatamente anterior, la de 1998; y la segunda, con la “muerte cruzada” establecida en el artículo ciento cuarenta ocho de la Constitución. Dos medidas que al ser asumidas con voluntad, fuerza y vigor permitirán intentar la resurrección de nuestra democracia republicana, ahora yacente en el baúl de los recuerdos muertos y las memorias tristes.
En cuanto a la “muerte cruzada”, el señor Lasso goza, ahora, de gran aceptación nacional por su excelente campaña de vacunación, por la confianza internacional que su Gobierno ha despertado y por su calidad humana, lo que le ponen en una condición muy favorable para disolver la Asamblea, -una gata que se está convirtiendo en pantera-, y en este proceso, ganar ampliamente una reelección como un presidente-candidato que lleve al menos cincuenta legisladores a la bancada del gobierno, mínimo necesario para que la gobernabilidad sea posible.
Y hay que volver a ser honrados, honestos, humanos. Gobernantes y gobernados debemos hacer lo posible para limitar los grandes males de un pasado ignominioso. El egoísmo social es tan malo como el crimen organizado. “Doy consejo a fuer de viejo. /Nunca sigas mi consejo. / Pero tampoco es razón/ desdeñar/ consejo que es confesión. /Todo necio / confunde valor y precio.” Y no envenenes el aire que respiran los demás.
“Hay que borrar a Cartago”, señor presidente Lasso. ¡Usted sí puede y debe!
SIMÓN ESPINOSA
lunes, 22 de noviembre de 2021
domingo, 21 de noviembre de 2021
DIME DE QUE PREGONAS Y TE DIRÉ DE QUE CARECES
jueves, 18 de noviembre de 2021
DIME DE QUE PREGONAS Y TE DIRÉ DE QUE CARECES
Masacre en las cárceles
miércoles, 17 de noviembre de 2021
COP26: 5 puntos clave del acuerdo final de la cumbre sobre el cambio climático
- Redacción
- BBC News Mundo
Después de largas discusiones que se extendieron hasta este sábado y tras la redacción de varios borradores, la cumbre sobre el cambio climático COP26 emitió un documento final que muestras algunos avances, pero menos de los que muchos creen necesarios.
El documento fue firmado por los casi 200 países que asistieron a la COP26 y, aunque no es legalmente vinculante, se espera que establezca una agenda global contra el cambio climático para la próxima década.
En este se destaca la mención sin precedentes de que el carbón es la principal fuente del calentamiento global y existe un compromiso para reducir su uso. India y China al final impidieron que se firmara el término de eliminación gradual de su uso como fuente de energía.
También existe un compromiso para imponer metas más estrictas contra la quema de carbón el año entrante.
También se le insta a los países desarrollados a que por lo menos dupliquen sus provisiones colectivas de financiación dirigidas a ayudar a las naciones en vías de desarrollo adaptarse al cambio climático para 2025.
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Se duplica así el dinero que recibirán los países pobres para que se puedan adaptar a los impactos del cambio climático.
5 puntos clave
- Se le insta a (en lugar de comprometer a) los países desarrollados a duplicar los fondos para los países en desarrollo para ayudarles a adaptarse al cambio climático.
- Se le solicita a los países a actualizar a más tardar el año entrante sus metas de reducción de carbono para 2030.
- Se hace un llamado para reducir gradualmente "el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes".
- Se hace énfasis en la necesidad de "aumentar significativamente el apoyo" a los países en desarrollo más allá de los US$100.000 millones al año.
- Se establecerá un diálogo para examinar el tema de dinero a cambio del daño que el cambio climático ya ha causado.
¿Van lo suficientemente lejos?
El texto sobre el descenso gradual del uso del carbón (en lugar de eliminación gradual) sigue siendo débil y sólo compromete a los países a reducir el carbón sin tregua -o sea, la quema de carbón que se realiza sin algún tipo de mecanismo que atrape y almacene el carbón en el ambiente.
No hay metas definidas sobre una nueva financiación para asistir a los países a lidiar con el cambio climático. Sólo se habla de un incremento.
Aunque la ONG ambientalista Greenpeace International catalogó el texto como "débil", reconoció que el hecho de que exista es un logro.
"El leguaje sobre el carbón y los subsidios ahora incluye una referencia a una transición justa y eso es bienvenido", declaró la directora ejecutiva del grupo, Jennifer Morgan.
"Es un llamado de atención a los intereses de los combustibles fósiles, el acuerdo es débil pero si lo desechan tendrán que responderle a la juventud, a la gente en primera línea de los impactos del clima y finalmente a la historia"
El objetivo de la COP26 era lograr compromisos de acción para mantener el calentamiento global "bien por debajo" de 2 grados centígrados -y alcanzar 1,5 C- para evitar una catástrofe climática.
La meta es continuar reduciendo emisiones hasta que se llegue a cero neto para 2050.
¿Qué otros anuncios se hicieron en dos semanas de cumbre en Glasgow?
COOPERACIÓN EE.UU-CHINA
¿Qué se anunció?
En una sorpresiva declaración, Estados Unidos y China se comprometieron a impulsar la cooperación en temas climáticos a lo largo de la próxima década.
Acordaron tomar medidas en varios temas, incluyendo:
- emisiones de metano
- transición hacia energía limpia
- descarbonización
La declaración conjunta dice que ambas partes "evocarán su firme compromiso de trabajar juntos" para lograr la meta de incremento máximo de temperatura de 1,5 grados.
¿Por qué importa?
Como los dos mayores emisores de CO2, un acuerdo entre EE.UU. y China se considera crítico para que la meta de mantener el aumento de temperatura por debajo de 1,5 grados sea realizable.
Con anterioridad, China no ha querido abordar las emisiones de carbón en el corto plazo, así que esta declaración se ve como un reconocimiento de la necesidad de tomar acción urgente.
¿Es suficiente?
Organizaciones como Greenpeace International recibieron el comunicado con beneplácito. Sin embargo, su directora ejecutiva advirtió que ambos países necesitaban demostrar mayor compromiso para alcanzar las metas climáticas.
"Al final de cuentas, la declaración se queda corta al pedido de los países vulnerables al clima que exigen que las naciones regresen a la mesa todos los años con mayores ambiciones hasta que la brecha de los 1,5 C se alcance", dijo.
DEFORESTACIÓN
¿Qué se anunció?
Los líderes de más de 100 países, que representan casi el 85% de los bosques del mundo, prometieron frenar la deforestación para 2030.
¿Por qué importa?
Los árboles pueden absorber grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases clave de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. Así que, la eliminación de la deforestación se considera vital para combatir el cambio climático.
¿Es suficiente?
Iniciativas anteriores similares no han frenado la deforestación, pero esta está mejor financiada. Sin embargo, no está claro cómo esa promesa se vigilará y cumplirá. E Indonesia, uno de los principales signatarios, dijo después que el plan era "injusto".
METANO
¿Qué se anunció?
Un programa para reducir 30% de las actuales emisiones de metano para 2030 fue acordado por más de 100 países.
¿Por qué importa?
El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes, y actualmente es responsable de un tercio del calentamiento causado por humanos. La mayoría está producida por actividades como la cría de ganado y eliminación de desechos.
¿Es suficiente?
Los grandes emisores, China, Rusia e India, no se adhirieron al programa, pero se espera que lo hagan más tarde.
CARBÓN
¿Qué se anunció?
Más de 40 países -incluidos los principales consumidores de carbón como Polonia, Vietnam y Chile- acordaron reducir el uso de carbón, que por primera vez de forma explícita se nombra como raíz de las causas del calentamiento global.
¿Por qué importa?
El carbón es el mayor contribuyente al cambio climático. Aunque se ha progresado en reducir su uso, todavía se usó para generar casi 37% de la electricidad en el mundo en 2019.
¿Es suficiente?
Algunos de los países que más dependen del carbón, como Australia, India, China y EE.UU., todavía no han firmado el acuerdo. Además, ese acuerdo no contempla otros combustibles fósiles como petróleo y gas.
China e India cambiaron a última hora el texto final del acuerdo de la COP26 para reducir gradualmente el uso del carbón en lugar de eliminarlo gradualmente.
DINERO
¿Qué se anunció?
Unas 450 organizaciones financieras, que entre ellas controlan US$130 billones, acordaron respaldar tecnología "limpia", como la energía renovable, y financiamiento directo para quienes se alejen de las industrias de combustibles fósiles.
¿Por qué importa?
La iniciativa es un intento de vincular a las empresas privadas en el intento para alcanzar las metas de cero neto, y comprometerlas a financiar tecnología verde.
¿Es suficiente?
Todavía no hay una definición concreta de lo que exactamente son las metas de cero neto. También, algunas organizaciones ambientalista señalaron que sin un compromiso mayor para terminar la financiación de los combustibles fósiles, esta iniciativa no es más que un ejercicio de relaciones públicas.
¿Cómo se hará para que los países cumplan sus promesas?
En gran parte, cualquier compromiso adquirido en la COP tendrá que depender de la autovigilancia.
Sólo unos pocos países están haciendo que sus compromisos sean legalmente vinculantes. No obstante, hay esperanza de que a medida que el movimiento hacia el cero neto tome más impulso, haya más ánimo entre los países de mantenerse a la par.
En teoría, sería posible imponer sanciones a los países que no lo hagan. Pero eso también podría ser contraproducente, u ocasionar que algunas naciones se retiren de los acuerdos internacionales.
El propósito de las cumbres como la COP26 es alentar a todos los países a que sigan involucrados.