jueves, 18 de septiembre de 2025

 

Jean Carlo

Es lamentable presenciar cómo se opina con tal grado de IGNORANCIA, sin percibir que, de haber sido aquello un acto netamente político partidista, no se habría congregado a cien mil personas en una manifestación que, por su naturaleza, era de abierto descontento. Además, resulta profundamente OFENSIVO que, desde su incompetencia, esta señora asuma que los cuencanos somos TAN INGENUOS como para dejarnos manipular por intereses políticos y salir a marchar como peones de una agenda ajena.
Permítame ilustrarle, ya que parece necesitarlo: la razón esencial de la marcha de ayer fue un contundente NO A LA MINERÍA DEPREDADORA y un SÍ A LA DEFENSA DEL AGUA. Para comprender lo sucedido, es fundamental que distinga entre la política partidista y lo político como ámbito de la vida pública. Toda acción colectiva que se ejerce en la esfera de lo PÚBLICO es, por definición, un acto POLÍTICO en su sentido más noble y primigenio. Debería leer a “Platón”
Es cierto que dentro de la marcha pudieron haber estado actores políticos, lo cual es inevitable y hasta legítimo en una democracia. Sin embargo, el hecho crucial que parece haberle pasado por alto es que ninguno de ellos estuvo haciendo PROSELITISMO. No vi banderas de partidos, ni consignas a favor de candidato alguno. Lo que vi, y lo que miles atestiguamos, fue un río humano convergiendo en una sola causa: la defensa de un bien común fundamental.
Eso es el verdadero acto político: la ciudadanía, despojada de siglas y colores partidarios, uniéndose de manera ORGÁNICA y SOBERANA para tomar una posición frente a lo que siente como una amenaza. ES LA POLÍTICA EN SU ESTADO MÁS PURO, la que nace desde las entrañas de la comunidad y que debería ser, más que motivo de sospecha, objeto de admiración y reflexión.
Ojalá lo pueda entender.

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