“Somos como cadáveres andantes”, añade Shabana, que no se atreve ni a charlar con sus amigas en el autobús.
En ninguna parte del mundo se pisotean tanto los derechos de niñas y mujeres por motivos de género. Afganistán es el único país que les prohíbe la educación secundaria y superior, situándolas frente a un terrible dilema: jugarse la vida para asistir a escuelas clandestinas o renunciar por completo a la educación. Tampoco tienen permitido hablar fuera de casa, ni mostrar el rostro en espacios públicos. A pesar de todo, las niñas y mujeres afganas resisten, aunque sus protestas suelen acabar sofocadas con violencia.
Pero, ¿sabes qué? Intentar anular a todo un género va en contra de la ley.
Por eso, cuando se cumple un año de su promesa, tenemos que reclamar a Australia, Canadá, Alemania y Países Bajos que actúen. Deben hacer que los talibanes rindan cuentas, también por medio de una posible demanda ante la Corte Internacional de Justicia. ¡Suma ya tu nombre! |
En 2024, casi un millón de personas respaldamos la histórica demanda de Sudáfrica contra Israel por genocidio. Seguiremos luchando por que se haga justicia con todas las víctimas de vulneraciones de derechos humanos, desde Afganistán y Gaza hasta Sudán o Ucrania, y exigiremos a nuestros dirigentes que sienten a los perpetradores en el banquillo. |
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