Mataron a su hijo. Bombardearon el hospital donde trabajaba. Y bloquearon el acceso a los medicamentos con los que intentaba aliviar el dolor de niños y niñas que lloraban sin parar.
Y aún después de todo, siguió salvando vidas. No se detuvo hasta que las fuerzas israelíes lo retuvieron y, según informes, habría sido torturado.
Ahora él y cerca de 90 médicos siguen encarcelados, muchos de ellos detenidos mientras cuidaban de sus pacientes. Según reportes, cinco habrían muerto ya en prisión y otros están sufriendo agresiones físicas constantes.
Mientras los líderes mundiales centran su atención en el plan de alto el fuego, médicos de todas partes están alzando la voz reclamando la libertad de sus valientes colegas, para que puedan seguir salvando a miles de niños y niñas heridos en Gaza.
Unámonos a su mensaje. Suma tu nombre para pedir la liberación del doctor Abu Safiya y de sus colegas, que nos han mostrado lo mejor de la humanidad, y ayudémosles a volver a casa con sus familias: |
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