Baca Mancheno: un porrista del correísmo para la Fiscalía
Si lo que se buscaba es que el próximo Fiscal de la Nación sea aún más incondicional y obsecuente con el correísmo que Galo Chiriboga, difícilmente se pudo haber pensado en una mejor opción que la de Carlos Baca Mancheno, quien hace pocos días presentó su postulación al cargo ante el Consejo de Participación Ciudadana.
Si Galo Chiriboga asumió el cargo de Fiscal rodeado de dudas y protestas por haber tenido una relación personal muy cercana a Rafael Correa (tienen parientes en común y fue su abogado personal), en el caso de Baca Mancheno la cercanía con Correa no solo es un asunto personal sino que se basa en su adhesión incondicional, entusiasta y hasta frenética a todo lo que significa la revolución ciudadana. Que Baca Mancheno sea Fiscal, bajo el auspicio del gobierno de Correa, es algo así como que la dirigencia del Barcelona de Guayaquil haga designar como árbitro para el siguiente clásico con Emelec al director de la Sur Oscura.
¿Qué tiene de extraño que el próximo Fiscal sea cercano al correísmo si Correa ya deja el poder? Sencillo: los próximos cinco años el fiscal será el funcionario encargado de llevar adelante los procesos judiciales por delitos pesquisables de oficio. En pocas palabras, el próximo fiscal será fundamental para cubrir la retirada de los funcionarios correístas que habrán dejado el poder. Quien vaya a ocupar la Fiscalía (al igual que la Contraloría a la que está postulado una vez más otra emblemática figura del correísmo: Carlos Pólit) será clave en el post correísmo.
En ese esquema difícilmente podría caber mejor la figura de Carlos Baca Mancheno, quien hasta noviembre del 2016 constaba en los roles de la Presidencia como Consejero de Gobierno, uno de los cargos de mayor importancia en la Presidencia. Desde allí se ha encargado de defender incondicionalmente al correísmo en cuanto foro ha sido invitado. Además, según comentan fuentes cercanas a Carondelet, fue el encargado de ayudar en el proceso de recolección de firmas de Pamela Aguirre, para que Correa se postule otra vez a la Presidencia.
Para concluir que Carlos Baca Mancheno no guardará independencia y objetividad frente a los 10 años de correísmo, no basta con el hecho de que haya sido hasta estos días uno de los asesores de más alto rango en la Presidencia, con cargo de Consejero de Gobierno y con sueldo mensual de 5 009 dólares: ha tenido, sobre todo, un largo y ferviente compromiso con el gobierno de Correa desde la Asamblea Constituyente donde fue asesor de César Rodríguez. Ha sido, durante estos 10 años, mucho más que un convencido funcionario correísta porque su conducta corresponde, más bien, a la de un fanático o un soldado de la revolución.
Luego de haber estado en la Asamblea Constituyente fue asesor del Ministerio del Interior donde tuvo un papel fundamental en el proceso para dar de baja al coronel César Carrión. Él estuvo preso durante 6 meses por haber sido acusado por Rafael Correa de intento de magnicidio durante la sublevación policial del 30S. Carrión sería declarado inocente por falta de pruebas, a pesar de que su carrera profesional se destruyó y pasó seis meses en la cárcel.
La historia de la relación de Baca Mancheno con Carondelet no queda ahí. En el 2010 fue nombrado, bajo los auspicios del Gobierno, como Vicepresidente de la Comisión de Selección del Consejo Nacional Electoral, encargada del concurso de selección de los entonces vocales del organismo. Esa comisión fue criticada por haber desechado todas las impugnaciones presentadas por los candidatos y haber adelantado en un mes su posesión.
Otro episodio en la vida de Carlos Baca Mancheno permite tener una idea sobre su nivel de adhesión incondicional no solo al proceso de la revolución ciudadana sino a sus ideas más tóxicas y antidemocráticas: fue el encargado de entregar ante el Tribunal Contencioso Electoral la documentación para que ese organismo sancione a la revista Vistazo por haber violado el silencio electoral con su editorial “Un no rotundo”, publicado poco antes de la consulta electoral del 2011. Baca Mancheno actuaba como representante de un grupo de movimiento sociales que pedían que Vistazo pague 2′ 400 000 de dólares por haber expresado su opinión sobre las preguntas de la consulta, en un editorial publicado durante la campaña electoral. Curioso, su hermano Pablo Baca Mancheno patrocinó el caso que Doris Solís presentó en contra de diario HOY. Una denuncia acusándolo de haber violado el silencio electoral impuesto por la ley al haber publicado una campaña a favor de la libertad de expresión. El caso fue posteriormente desestimado.
Luego está el paso de Baca Mancheno por una comisión que Rafael Correa nombró para investigar lo ocurrido durante la insurrección policial del 30 de septiembre del 2010. Los otros dos miembros de la comisión son, asimismo, fanáticos declarados del Gobierno: Diego Guzmán que ahora es delegado de Rafael Correa ante Seguros Sucre y Óscar Bonilla, actual Secretario de Acción Política de Alianza País. Los tres han sido durante estos años auténticos porristas del gobierno de Rafael Correa y sus conclusiones sobre el 30S, entre ellas la de que ese día hubo un “golpe blando” para derrocar al gobierno, nunca tuvieron credibilidad por la vinculación que los tres tenían con la Presidencia. La comisión solo sirvió para mantener viva la tesis de Correa de que ese día se intentó dar un golpe de Estado y que hubo un complot para acabar con su vida. El informe nunca fue colocado en la web para que pueda ser consultado por la sociedad y fue entregado a la Fiscalía sin mayores consecuencias.
Baca Mancheno ha sido durante estos diez años algo así como un cheerleader o porrista del correísmo.“Lo que representa la imagen de Rafael Correa es un fenómeno, un elemento, que solo el tiempo va a permitir que se mida en su real magnitud” decía no hace mucho en un artículo publicado en la web de Alianza País donde además afirmaba que Correa es un “político que se sale de lo ordinario porque ha sabido, con una visión muy clara, mantener el rumbo de sus propuestas ideológicas, conceptuales, políticas, sin dobleces ni hipocresías ni cálculos y confrontando los problemas sin temor”.
En redes sociales, Carlos Baca Mancheno era conocido por su agresividad con los críticos del gobierno y por la promoción que hacía de cuanta actividad emprendía el gobierno. Hace poco se desenchufó de Twitter. En la biografia que tenía en esa red social rezaba esta leyenda: “Abogado penalista, eterno aprendiz de la política. Mirar de frente y adelante!”.
Sus hermanos también han sido cercanos al Gobierno. El 12 de enero, Carlos Baca Mancheno fue a presentar su candidatura en compañía de sus dos hermanos: Patricio, que es presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE); y Pablo, que fue abogado de Doris Solíz, cuando era ministra de Inclusión Económica Social.
Aunque exhibe el título de abogado penalista y aunque se sabe que alguna vez dio una conferencia sobre “delitos dolosos” en un seminario, lo cierto es que en ese gremio no se conoce ni un solo caso de relevancia en el que Baca Mancheno haya actuado como abogado. Tampoco se sabe de texto académico alguno escrito por él. Baca Mancheno representa la opción más extremista y estridente del correísmo para mantener la Fiscalía a su servicio, como ha ocurrido con Chiriboga en los últimos años. En el caso de ganar el proceso, este asesor de Correa, con escasa preparación académica y pocas luces, será el encargado, durante cinco años, de combatir la corrupción de la última década. Un trabajo para el cual, no solo que no está preparado sino para el que se necesita la más completa independencia política. Algo que él desconoce.
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