martes, 14 de abril de 2015

El dignísimo




Por Jaime Cedillo Feijóo

En cada sabatina el dignísimo señor Presidente Constitucional de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado, arremete con más furia en contra de los medios de comunicación privados. Los segmentos que ofrece a su distinguida audiencia son, cada vez, más virulentos, porque llana y sencillamente no admite ningún cuestionamiento, por más sensato que este sea. Sin duda, su principal enemigo es la prensa independiente y todos los periodistas “corruptos” que ponen el dedo en la llaga cuando descubren actos de corrupción que comenten los “revolucionarios” de “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”. Los ejemplos son múltiples, pero el que recuerda el pueblo con más tristeza e indignación es el caso de su primo Pedro Delgado, que durante años, hizo de las suyas utilizando un título falso, sí de falso economista. Con ese título “chimbo” ocupó altísimas funciones en el gobierno de la “revolución ciudadana”, llegó a ser gerente del Banco Central del Ecuador. El dignísimo metió las manos al fuego por su primo, llegando a amenazar con renunciar si los “sicarios de tinta” demostraban con santo y seña que Pedro “El Grande” no tenía título universitario. Más pronto que tarde se descubrió la verdad de boca del propio Delgado, que aceptó públicamente el fraude, sí cometí el error de falsificar el título, ahora me voy a Miami, pero no se preocupen ya mismito vuelvo a rendirle cuentas a la justicia, luego de la pachanga, pero de eso ya pasaron meses y seguramente pasarán años. El dignísimo en vez de renunciar, continúa en la ingrata tarea de lanzar lodo con ventilador, en cada sabatina, acusa a los medios y a los periodistas con los más ruines calificativos como patanes, ordinarios, cobardes, majaderos, insolentes, mofadores, prensa falsaria, miseria periodística, prensa poco ética, energúmenos, periodistas politiqueros, periodistas disfrazados, periodistas mala fe, de doble moral, farsantes, argolleros, arribistas, desinformados, noveleros, payasos, pelafustanes, sabidos, sapos, tipejos, títeres, torpes, vacas sagradas, sicarios de tinta, prensa corrupta que no sirve ni para madurar aguacates, medios mercantilistas, mentirositos, sinvergüenzas, caretucos, faltos de ética, peor prensa del mundo, pelagatos, gordita horrorosa. El dignísimo acaba de incorporar a su diccionario dos nuevas creaciones, como para sellar con broche de oro sus ataques sabatinos: los kamikases y los talibanes.

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