martes, 10 de febrero de 2015

Bonil





Lunes, 9 de Febrero de 2015


Miguel Molina Díaz
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Hay momentos en la historia en que la libertad reposa sobre las manos de un solo hombre. Hoy, 9 de febrero de 2015, la Superintendencia de Comunicación realizará una audiencia para tratar la acusación contra Bonil por discriminación.

No pretendo escribir sobre esa ridícula acusación liderada por colectivos afroecuatorianos que erróneamente se han dejado engatusar por los intereses del movimiento de gobierno; acusación tolerada -¿acaso respalda?- por legisladores como Alexandra Ocles, que en el pasado esgrimió su compromiso con los principios democráticos y las libertades públicas, y que hoy es otra de las profundas decepciones que han lacerado
al país.

Tampoco quisiera escribir sobre el infausto y lamentable desempeño de Tin Delgado en su papel de legislador. No niego que Delgado como futbolista fue grande entre los grandes, pero no cabe duda de que eso no es suficiente para hacer leyes. Y decir esto no es discriminatorio.

Pero todo eso, ustedes ya lo saben. Y si no lo saben no importa. Las grandes mayorías, inmersas en el engaño de que gobiernan, inventan sus propias verdades. Lo que yo quiero decir es otra cosa.

Hoy quiero escribir porque no sé dibujar. Escribo porque por medio de la escritura me expreso, me transformo, me hago libre. Recaído en la maldita manía de escribir porque es mi forma de vivir en sociedad y de ser ciudadano de este país.

Escribo porque puedo. Hay lugares en el mundo donde escribir implica la muerte, la tortura, la prisión. Escribo en un ejercicio desesperado por parir la libertad, esa misma libertad que Bonil recrea cuando dibuja. Él dibuja, yo escribo.

Escribo porque no estoy sentado en la Asamblea, calentando el asiento. Escribo porque no tengo miedo a los censores. Escribo porque creo en las cartas desesperadas, de papel y tinta. Escribo porque es lo único que sé hacer y esa es mi forma de habitar el mundo. Escribo porque cuando detengan a la maravillosa pluma dibujante de Bonil, seremos los siguientes y ya no podremos escribir.

mmolina@lahora.com.ec


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