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miércoles, 15 de abril de 2015

Edgar Rodas dejó una huella imborrable




Por Jaime Cedillo Feijóo

El Doctor Edgar Rodas Andrade se fue de este mundo dejando una huella imborrable. Vivió para servir al prójimo, para atender a los seres humanos que no contaban con recursos económicos para sanar sus dolencias. Nunca traicionó el juramento hipocrático. Practicó lo que predicó: solidaridad. Maestro ejemplar. Amigo de las cosas simples. Médico humanista en toda la extensión de la palabra. Compañero sincero, padre, esposo. Cientos de alumnos recibieron sus enseñanzas, sus consejos, sus experiencias, su sabiduría. Hoy muchos de ellos ( o quizás pocos) siguen su camino en la Fundación CINTERANDES, que fundó allá por el año de 1994, para llevar esperanza, bienestar, salud a las personas de lejanas comunidades rurales a lo largo y ancho del país. Todos le recuerdan con cariño, todos son agradecidos, todos quieren que vuelva, que regrese, desconocen que eso ya no pondrá ser, porque se fue, se fue para siempre. En su quirófano móvil se efectuaron más de 7.500 cirugías (vesículas, hernias, tumores superficiales), y cuando contaban con el apoyo de hospitales cercanos a los lugares donde se encontraban, realizaban cirugías mayores (urológicas, oncológicas).

Filosofía

En 1998 le preguntamos al Doctor Rodas, cuál es la filosofía de la Fundación CINTERANDES, a lo que respondió: “es una entidad sin fines de lucro, cuya meta es impulsar un concepto de desarrollo que tome como centro al ser humano, buscando su perfeccionamiento espiritual y material, y su bienestar en armonía con la naturaleza. Luchamos contra el concepto de progreso  fundamentado solamente en el crecimiento económico, que ha pasado en la sociedad actual a ser un fin en sí mismo, en lugar de ser solamente el medio para conseguir el desarrollo y bienestar del hombre. Este concepto, vivido en el quehacer diario, personal y colectivo, es la causa de la aberración que lleva a acumular más y más riquezas a los que ya las tienen, y a buscarlas por todos los medios a los que no tienen. Ambos caminos llevan a la corrupción, al crimen y a la infelicidad social”.
Rodas siempre fue el mismo, el mismo como Ministro de Salud, el mismo como Vicerrector de la Universidad de Cuenca, el mismo como catedrático, el mismo como primer Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Azuay, el mismo como Consultor, el mismo como Conferencista, el mismo como Coordinador de los Postgrados, siempre fue el mismo, nunca cambió, recuerda su discípulo Hernán Sacoto Aguilar, actual Decano de la Facultad de Medicina de la UDA.
La primera cirugía en el quirófano móvil se realizó en la comunidad de Turi (balcón de Cuenca).
Antes de la fundación de CINTERANDES, el Doctor Rodas, operaba en los hospitales cantonales como parte de su actividad profesional. Entendió que es necesario llevar la cirugía a las comunidades apartadas de los centros poblados (ciudades), para atender a los pacientes que no se podían movilizar por sus dolencias o porque simplemente carecían de los recursos económicos.
Dejó la cátedra, dejó el decanato, dejó de operar cuando cumplió los 70 años de edad, pero no dejó de aconsejar, de asesorar, de enseñar, de transmitir. Siempre decía: “rico no es la persona que más tiene, sino el que menos necesita. Mientras más se vela por la gente desposeída, mayor es el regalo que le brinda la vida: SOLIDARIDAD CON EL PRÓJIMO.

Para él (Rodas) siempre lo más fácil y simple era lo mejor.
El Doctor Sacoto, dice que siempre le acompañó una agenda negra donde tomaba nota. En los ratos libres, luego de las operaciones, le gustaba hablar de temas familiares, tenía sus “huecas” para comer. Cuando estábamos en la costa le gustaba servirse el pescado y el ceviche, acompañado de una cerveza.
El Decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad del Azuay, lo ocupó entre los años 2003 y 2009, por un pedido de su amigo de toda la vida, Mario Jaramillo Paredes, cuando ocupó el rectorado. La facultad arrancó con 35 estudiantes, actualmente se educan 280 jóvenes. La enfermedad que padeció nunca fue obstáculo para hacer lo que amaba. Su última salida con el Quirófano Móvil fue en el mes de octubre del 2014 a la comunidad de Palmas en la Santa Elena. Su presencia y  consejos permanecerán a la orden del día. Falleció a los 78 años. Paz en su tumba.

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