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viernes, 5 de septiembre de 2025
jueves, 4 de septiembre de 2025
TIEMPOS DE CINISMO
Carlos Castro Riera
La palabra cinismo, nos trae al recuerdo la escuela filosófica griega de los Cínicos, cuyo máximo exponente fue Diógenes de Sínope, quienes tuvieron como ideal la conducta según la naturaleza, lo cual los llevó a extremar dicho ideal llegando a pregonar y practicar una vida con simplicidad y rudeza extrema similar a la de los animales, que chocaba con las conductas establecidas por las costumbres y las leyes de la ciudad (Estado). Por ello, llegaron a burlarse de las leyes positivas en nombre de la espontaneidad de la conducta según los dictados de la naturaleza (animal). La misma palabra cínica proviene de kýnes que significa perros.
Pero los cínicos de hoy en día, se burlan más bien de la destrucción de la naturaleza, pero también, al igual que ayer, se burlan de las leyes, de la misma “normatividad ambiental” en nombre de la cual actúan, cínicamente.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, cínico es aquella persona impúdica, procaz, que muestra desvergüenza en el mentir; y cinismo es aquella conducta de mentir con descaro, grosería, una afectación de desaseo, es decir sucia.
Estos significados bien pueden aplicarse a algunos funcionarios públicos, sobre todo de la más alta jerarquía, de diversos gobiernos de turno y cuya conducta gubernamental y administrativa se reduce a burlarse de la Constitución y mas leyes del ordenamiento jurídico del país, degenerando inclusive en comportamientos dolosos en la administración pública, configurando una suerte delincuencia estatalmente organizada.
Se vive una época de cinismo. No es acaso cinismo es, en nombre de rescatar la justicia, meter la mano en la administración de justicia para subordinarla a intereses de un gobierno de turno, como también hablar de transparencia en la contratación pública y tratar de encubrir la compra de chatarra, o hablar de democracia y soberanía popular y burlarse de consultas populares, o lo peor, inventarse consultas previas o consultas ambientales utilizando cercos policiales o militares.
Estas conductas cínicas del poder político y otras, abonan a la corrupción y la descomposición institucional y por ese camino no se podrá superar la situación de constante postración del país.