AHORA LA PELEA ES ENTRE NOBOISTAS Y ANTINOBOISTAS
Por Jaime Cedillo F.
Señor presidente Daniel Noboa: el país necesita vivir en paz, sin miedos, sin confrontaciones, sin divisiones, que no nos conducen a nada productivo, nada bueno. Usted es la máxima autoridad de este país, que se cae a pedazos, en vez de unirnos para caminar juntos en una sola dirección, lamentablemente vamos por caminos diferentes, marchamos en sentidos opuestos, y eso no le hace bien al pueblo.
Acaso no tenemos suficiente con las masacres diarias, con la ola imparable de asesinatos, con haber convertido al Ecuador en feudo de los narcotraficantes, de las bandas delictivas más atroces, que asesinan sin piedad. No es suficiente con habernos arrebatado la paz, por culpa de esos pactos siniestros que hicieron los "líderes" políticos con los jefes de las organizaciones criminales, cuando decían, cínicamente, que gobernaban con manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes.
Respeto el criterio de los que piensan diferente, ( espero que respeten el mío), pero no estoy de acuerdo con lo que hizo el presidente, que se supone es un demócrata, estadista, respetuoso de la Constitución y sus leyes; el que debe dar ejemplo de tolerancia, el que debe convocar para unir y no para desunir. No creo que estuvo bien su llamado a marchar en contra de los jueces de la Corte Constitucional, que dicho sea de paso, seguramente toman resoluciones equivocadas, y otras acertadas, pero debemos respetar nos guste o no.
Qué sacó el país con la multitudinaria manifestación encabezada por usted, como promotor, azuzador, junto con sus ministros, y toda la burocracia pública dorada, custodiado por guardaespaldas que agredieron a periodistas, sin respetar su condición, sea hombre o mujer; protegido por cientos de policías que le abrían paso al nuevo jefe de todos los poderes, incluído, claro está, de la Corte Constitucional.
Como en las "mejores" épocas del correísmo, obligaron desde las gobernaciones, a los empleados de las instituciones del ejecutivo, trasladarse a la capital para que griten viva Noboa, abajo la Corte. Los buses de transporte interprovincial, llegaron desde la sierra, de la costa, del oriente; la mayoría no sabía cuál era el motivo, pero tuvieron que gritar y gritar con fuerza, mientras los organizadores pasaban lista y repartían los sánduches. Quién cubrió los gastos, seguramente alguna alma caritativa, bondadosa, generosa, no vayan a pensar (mal pensados) que salieron de los fondos reservados. Eso sí que no, porque ahora es puro alma, corazón y vida, nada más..
Fue una campaña feroz, con antelación, preparada, planificada cada detalle, para que golpee, para que rinda frutos, para ponerle a la Corte de rodillas, para que sepa esa Corte quién manda, quién ordena, para que no se atrevan a cuestionar al nuevo jefe de todos los poderes. Una campaña que costó, las vallas que se colocaron en diferentes puntos, siendo la principal la que instalaron en la mismísima Corte, con los rostros de los jueces, para que les identifiquen bien, quiénes son los que "joden" la nación. Ahí están esos son, los que se atrevieron a suspender provisionalmente los artículos de las leyes que desde el trono mandó el rey, para que se aprueben sin chistar palabra.
Si de sumisos hablamos, no podemos olvidarnos del papel de los ministros de gobierno, Zaida Rovira, y del interior, John Reimberg, fueron los encargados, primero, de meter miedo y leña al fuego, en cadena de radio y televisión, rodeados de militares y policías, para que que tenga más impacto el "mensaje", en horario triple A. Y, así se dió un duro golpe a nuestra débil y manoseada democracia.
Ahora ya no es la pelea entre correístas y anticorreístas, ahora es entre noboistas y antinoboistas. "El liderazgo es servir, no mandar".
El Observador
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