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miércoles, 16 de julio de 2025


#Opinión ¿Se acuerdan cuando Correa quería reelegirse para siempre? Y Ecuador le dijo que NO.
En 2018, Rafael Correa intentó lo que muchos caudillos han soñado: quedarse en el poder para siempre. Apostó por la reelección indefinida, como si el país le perteneciera, como si diez años no hubieran sido suficientes. Pero el pueblo ecuatoriano le dijo un rotundo NO. Con más del 64% de los votos, Ecuador votó a favor de eliminar la reelección indefinida y cerrarle la puerta al autoritarismo disfrazado de “proyecto político”.
La consulta popular impulsada por el entonces presidente Lenín Moreno fue un antes y un después. El país entero comprendió que no se puede construir democracia sin límites, sin alternancia, sin respeto a la voluntad popular. Y aunque Correa intentó disfrazar su derrota con discursos victimistas, los resultados fueron claros: Ecuador no quiere caudillos eternos.
Correa soñaba con regresar en 2021, pero ese sueño quedó enterrado por la decisión soberana del pueblo. En su momento, intentó minimizar la consulta, acusó a Moreno de traidor, denunció persecución, pero lo cierto es que el referéndum representó una bofetada política a su ambición de perpetuarse.
Además, los ecuatorianos no solo rechazaron la reelección indefinida: también respaldaron la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana, una pieza clave del correísmo para controlar instituciones. Fue el inicio de una limpieza institucional, una “descorreización” necesaria para recuperar el Estado.
Hoy, que algunos intentan resucitar discursos pasados y pintar de nuevo al correísmo como alternativa, es vital recordar lo que representó esa consulta: el fin de la era Correa. Fue una victoria ciudadana, democrática, firme.
Porque en Ecuador el poder no se hereda, no se eterniza, ni se impone. La soberanía está en el pueblo, y el pueblo ya decidió: Correa no vuelve.

FUENTE: LA DATA

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