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sábado, 9 de marzo de 2024

 8 DE MARZO: ¿FLORES O DERECHOS?

Francisco Escandón Guevara

La industrialización de Europa, y posteriormente del resto del planeta, transformó los roles de

género en la sociedad moderna. La exclusividad masculina en el trabajo asalariado transmutó

con la incorporación de las mujeres a la producción capitalista.

Junto al enrolamiento de ellas, miles de niños y adolescentes también fueron contratados por

los patronos. Esa admisión es el resultado del desarrollo de las actividades manufactureras y

del interés de las élites por abaratar el valor del trabajo.

Para ampliar el margen de ganancias, en favor de los propietarios de las fábricas, se

precarizaron las condiciones de empleo. Millones de seres humanos fueron proscritos a la más

terrible esclavitud asalariada con agotadoras jornadas de trabajo de hasta dieciséis horas

diarias.

Aquello motivó la organización generalizada de sindicatos obreros; la represión, el despido y el

asesinato fue la respuesta de los patronos y del Estado burgués. El resultado de esa ebullición

social desembocó en los actuales derechos laborales.

Esa es la esencia histórica del 08 de marzo que se pretende desnaturalizar. Hay un reiterado

intento de esterilizar el contenido político de las luchas por la igualdad de género, inscritas en

la lucha de clases, para instrumentalizar los derechos de las mujeres. La manipulación

ideológica de las élites apuesta a la mercantilización de esta y otras fechas reforzando

estereotipos sexistas, machistas y misóginos.

No hay nada por festejar, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora debe convocar una

profunda autocrítica de la sociedad patriarcal. En la actualidad es mayor el porcentaje de

mujeres sin trabajo, los salarios son menores a la de sus pares hombres, se discrimina su

contratación por estar gestantes, son asesinadas por su condición de género, están

subordinadas a roles denominados femeninos, son despojadas de los espacios de dirección del

poder público, sus cuerpos son cosificados, se las criminaliza por abortar (aunque fueran

violadas), etc. 

Ante estas realidades, las respuestas del poder son una burla. Demagógicamente Noboa

decreta que las casas de acogida, para mujeres víctimas de violencia, son esenciales, mientras

reduce en 23% los recursos destinados para el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos en

el año 2024; él habla de los derechos de las mujeres trabajadoras, pero en la Consulta Popular

impulsa el retorno a la precarización laboral mediante la contratación por horas. Cuanta doble

moral.

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