
La trama Assange puso los nervios de punta al equipo y allegados de María Fernanda Espinosa, tambaleó la página de los Inapapers y puso en la mira a los funcionarios que tramitaron el asilo y nacionalización del hacker australiano: 4P presenta los nuevos desarrollos del tema de esta semana.
El nervioso y amenazante señor Mangas
El nerviosismo en el equipo, amigos y allegados de la ex canciller María Fernanda Espinosa en el interior de la Cancillería, por las posibles investigaciones que se hagan por la extraña nacionalización y acreditación diplomática de Julian Assange, se ha disparado. Ese nerviosismo no es nuevo. En octubre del 2018, el ex asesor de Lenín Moreno y esposo de María Fernanda Espinosa, Eduardo Mangas, envió un correo electrónico al Presidente pidiéndole que pare lo que llamó persecución a quienes habían estado vinculados al caso. En ese correo, Mangas se quejó incluso de que el despacho del canciller José Valencia había enviado a un funcionario de Cancillería a investigar y “acosar” en Moscú donde se debía investigar el tema. “Te pedimos, por amistad y cercanía que se les digas que paren. Son parte de un gobierno, no deberían ser un grupo de serviles guiados por el terror, la envidia y el odio”. En otro correo, Mangas aseguraba a Moreno que “es inexplicable que el monopolio de la información confidencial esté en manos de Paola Veintimilla, 4Pelagatos y Plan V, que utilizan cada día información de estos documentos para atacar de manera irracional a la Presidenta de la Asamblea General”. Es más, el ex asesor pidió enérgicamente a Moreno que le envíe copias de todos los documentos sobre la nacionalización de Assange que la Cancillería entregó a la Asamblea por pedido de Paola Veintimilla.
Mangas no solo escribió a Moreno. También escribió al canciller Valencia. “Deja de dar elementos para persecución política y para ayudar a quienes siguen cometiendo el delito de actos de odio, es lo único que te pedimos (…) Controla a tu equipo. Ten cuidado de no dar elementos y pretextos para hacernos daño”: eso le advirtió en tono casi amenazante.
Inapapers en off y en on en apenas dos días
La página inapapers.org volvió a estar al aire. Pocas horas luego de que se acabó el asilo político a Julian Assange y que Ola Bini, el programador sueco radicado en Quito fuera arrestado, esa página, donde se subió el contenido de los iphone que el presidente Lenín Moreno y su esposa Rocío tenían mientras vivían en Ginebra, fue desactivada. Esto coincidió con el nerviosismo que se desató en sectores relacionados con el correísmo radical luego de lo ocurrido con Assange: sobre todo la detención del programador sueco y los rumores sobre una posible orden de prisión en contra del ex canciller Ricardo Patiño. Los expertos creen que la desactivación de inapapers.org se debió a que sus administradores pensaron que era prudente ocultar los servidores y no dejar huella de su identidad en medio de todas las investigaciones que se desataron luego del fin del asilo de Assange en Londres. Si bien inapapers.org no fue montada por Wikileaks, sí fue promocionada por esa organización.
María Fernanda Espinosa tuvo prestanombres
Contraloría investiga el proceso de nacionalización y acreditación diplomática de Julian Assange desde octubre del 2018. Quiere establecer la responsabilidad de los funcionarios de la cancillería en el evidentemente irregular proceso de nacionalización de una persona que, sin nunca haber vivido en el Ecuador, fue inscrito como residente en la parroquia Chaupicruz de Quito. Uno de los temas que está bajo la lupa del equipo auditor de Contraloría es la forma en que María Fernanda Espinosa, entonces canciller del Ecuador, hizo todo todo lo necesario para nunca firmar un solo documento del proceso. Según lo que se ve en los papeles de nacionalización y acreditación de Assange fueron dos altos funcionarios de cancillería los que pusieron sus firmas. En el caso de la nacionalización, José Luis Jácome Guerrero quien actualmente trabaja como cónsul del Ecuador en Atlanta, EEUU. En la Cancillería se sabe que Jácome fue protegido de Espinosa. Ella lo ascendió a Embajador mediante un proceso expedito y que le permitió saltarse por encima de 8 promociones de diplomáticos. Jácome es cónsul pero con grado de Embajador.
En el caso de la acreditación, el encargado de firmar fue Rolando Suárez, quien trabaja en la Cancillería. Las investigaciones que hace el equipo auditor han levantado mucho nerviosismo y expectativa entre los diplomáticos ecuatorianos. 4Pelagatos también supo que otro de los temas que está bajo investigación es la forma en que el ex canciller Guillaume Long modificó la Ley de Movilidad para que el único responsable para la concesión o el retiro del asilo diplomático sea el Presidente de la República. Antes el responsable era el canciller de la República.
En el caso de la acreditación, el encargado de firmar fue Rolando Suárez, quien trabaja en la Cancillería. Las investigaciones que hace el equipo auditor han levantado mucho nerviosismo y expectativa entre los diplomáticos ecuatorianos. 4Pelagatos también supo que otro de los temas que está bajo investigación es la forma en que el ex canciller Guillaume Long modificó la Ley de Movilidad para que el único responsable para la concesión o el retiro del asilo diplomático sea el Presidente de la República. Antes el responsable era el canciller de la República.
Caso Assange: el correísmo anduvo cazando tilingos
El diario español ABC afirmó este sábado que Txema Guijarro, diputado de Podemos, negoció el asilo de Assange en la embajada ecuatoriana en Londres. Se basa en un documento de la Cancillería ecuatoriana de julio de 2015 que 4Pelagatos publicó hace tres años, el 27 de junio de 2016. Documento que no prueba que él negoció el asilo sino que hacía parte del equipo del correísmo que, en forma desaforada y sin medir gasto alguno, se dedicó a proteger a Julian Assange. Este documento muestra, en efecto, que para una sola reunión, que se tuvo el 16 y 17 de abril de 2015, se movilizaron a Londres Guijarro, entonces subsecretario de Africa, Asia y Oceanía, Fernando Yépez, subsecretario de América del Norte y Europa, Mario Guerrero, embajador en Suecia, Pablo Villagómez, embajador ante la Unión Europea, Iván Oroza, asesor de Patiño, Carlos Abad, funcionario de la Subsecretaría de América Latina y el Caribe. Juan Falconi, embajador en Londres, obviamente asistió a este “Seminario Interno planificado” al cual se unieron el abogado español Baltazar Garzón, sus ayudantes y un equipo de traductores. El objetivo era “tomar contacto con los abogados y el aparato jurídico, análisis de los diferentes escenarios y evaluación de posibilidades en el corto y mediano plazo” para el asilado, Julian Assange.
El informe de Guijarro a su retorno a Quito ocupa una página. En ella queda claro que la idea era obstaculizar el ingreso de la fiscal sueca buscando que esa causa fuera sobreseída, ver qué garantías podrían exigir a Inglaterra para que facilitara el tránsito de Assange al aeropuerto para salir a otro país e intercambiar impresiones sobre el posible pedido de extradición por parte de Estados Unidos. Cancillería debe publicar los documentos de estos viajes (deben ser legión) en los cuales el país invirtió tiempo, personal y dinero para hablar y planificar un imposible: sacar a Assange de la embajada. Inglaterra nunca iba a permitirlo.
Este material fue publicado el domingo 14 de abril en el boletín semanal de 4P. Si quiere recibir el boletín, le invitamos a suscribirse gratuitamente a GPS4P.
Fotomontaje: 4P
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