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viernes, 4 de mayo de 2018

En las sabatinas hubo negocios para amigos y panas

  en La Info  por 
Los enlaces ciudadanos no fueron únicamente la piedra angular del estado de propaganda correísta ni tampoco la principal herramienta de Rafael Correa para gobernar dictando sentencias, criminalizando a sus críticos y construyendo un reino de vanidad y de culto a su personalidad. No. Fueron, además, una excelente oportunidad de negocios, en especial para un grupo de contratistas que, de la mano de avispados funcionarios de la Secretaría de Comunicación, Secom, cocinaron suculentos contratos llenos de irregularidades y vacíos legales. Precisamente por este tipo de irregularidades, la Contraloría ha presentado a la Fiscalía un informe con indicios de responsabilidad penal en contra de nueve personas, entre ellas ex funcionarios de la Secom como Fernando Alvarado y Marco Antonio Bravo.
El informe final de Contraloría, donde aparece el detalle de la sabatina en Nueva York (4Pelagatos la reseñó aquí) que costó cerca de 700 000 dólares, trae algunas otras pistas sobre lo que ocurría en la Secom, donde Fernando Alvarado Espinel fue el factotumdurante muchos años. En ese informe se ve cómo, alrededor de la producción de estos enlaces, un grupo de contratistas se beneficiaron económicamente a costa de las omisiones legales de los funcionarios de la Secom. ¿Conchabados? Solo si la Fiscalía asume la investigación se podrá saber si eso ocurrió.
Entre esos casos está el de Carlos Alberto Correa Guerra, propietario de la firma Proshows y uno de los más importante contratistas que estuvieron tras el montaje las sabatinas. Según el informe de Contraloría, al 31 de diciembre del 2015 el contratista había producido 35 enlaces por los que se le pagó 1’124 018 dólares; es decir 32 114 dólares cada sabatina. Hasta ahí, la Contraloría no halló nada irregular. Sin embargo, la Secom decidió extenderle un contrato complementario para hacer 8 enlaces más entre enero y febrero del 2016 por un total de 269 768 dólares. Con ese contrato complementario, sostiene Contraloría, no solo que se pagaba un poco más por cada enlace a Correa Guerra sino que, al firmarlo, no se observaron ni una sola de las formalidades legales requeridas.
El equipo de auditoría no encontró documentación que fundamente cuáles fueron las causas imprevistas o técnicas que motivaron la celebración del contrato complementario con Correa Guerra. Por el contrario, observó que la Secom no hizo lo que tenía que hacer legalmente: convocar a una licitación para los ocho enlaces adicionales al contrato que tenía originalmente el contratista. “No hubo justificación para el pago de los 269 768 dólares”, dice la Contraloría. El contratista envió una documentación, el 22 de diciembre del 2017, sin lograr justificar, dicen los auditores, lo observado. Según notas de El Comercio y El Universo, esta contratación se hizo luego de que Rafael Correa dijo que los enlaces ya no serían pagados por el Estado sino por los afiliados Alianza País, cosa que nunca ocurrió.
Ese no fue el único favor que hizo a este contratista la Secom. Carlos Alberto Correa Guerra, además, consiguió que esa institución le pague 62 255 dólares por gastos en transporte durante la realización de los ocho enlaces de enero y febrero. Este pago, sostiene el equipo de Contraloría, no se justificaba en absoluto pues en el contrato principal estaba estipulado que el productor correría con todos los gastos de transporte y hospedaje de su personal. ¿Yapa o aumento escondido al contrato que acabó?
Correa Guerra no tuvo únicamente esos contratos para montar las sabatinas. Durante el gobierno de Correa tuvo otros firmados con la Secom: según diario El Universo, hasta finales del 2016 este contratista recibió al menos 3.2 millones de dólares incluidos los 1.6 millones de las sabatinas.
En el informe sobre las sabatinas hecho por la Contraloría se apunta luego al caso de Multivisión. Esa empresa entre el 1 de enero del 2014 y el 4 de abril del 2015 realizó el montaje de 63 enlaces ciudadanos a un costo promedio de 42 371 dólares. Para cancelar ese monto, la Secom firmó 5 convenios por un total de 2′ 669 427 dólares dice el organismo de control. Contraloría sostiene que esos convenios fueron ilegales puesto que, por su intermediario, se evadieron los trámites legales de contratación pública. “No se evidenció que se sustente la determinación de estudios y presupuestos referenciales, con las especificaciones técnicas de los bienes o servicios requeridos, tampoco existe evidencia documental que respalde los costos de las contrataciones que permitan conocer si la entidad seleccionó ofertas convenientes para los intereses de la institución, así como establecer los usos, destinos y finalidad y alcance de los servicios contratados”, dice el informe. Contraloría incluso cita los criterios jurídicos del Procurador del Estado y del Asesor Jurídico de la Presidencia, en tiempos de Correa, quienes sostienen que ese tipo de convenios únicamente pueden ser hechos por excepción cuando no hubiera sido posible celebrar un contrato. En otras palabras, lo que se pagó a Multivisión era calculado a ojo cerrado: no se sabía si lo que se pagaba realmente correspondía al costo de tal o cual servicio. Otra irregularidad que detectó Contraloría en los contratos con esta empresa es que no se estableció la disponibilidad presupuestaria de los fondos como establece la ley.
Multivisión también tiene antecedentes de importantes contratos con el gobierno de Correa.  En julio del 2015 firmó con la Secom un contrato de régimen especial por invitación directa por 488 480 dólares para el servicio de iluminación y montaje de estructuras para los actos oficiales durante la visita del papa Francisco. 4P. también verificó otros contratos: el 2012 recibió $30 494 por el alquiler de mobiliarios y equipos para el informe de la Nación que Correa hizo ese año en la Plaza Grande de Quito y $60 000 por la instalación de las vallas de seguridad que se desplegaron durante la misa del papa, asimismo. Oficialmente, ninguno de esos contratos ha tenido observaciones de la Contraloría.
Satre Comunicaciones es otra de las empresas que más se benefició con contratos en el campo de la comunicación durante el gobierno de Correa. El equipo de auditoría de la Contraloría que examinó las cuentas de los pagos de la Secom para el montaje y difusión de las sabatinas encontró que esa empresa cobró 52 000 dólares por una consultoría, “para el mejoramiento del enlace ciudadano”, que nunca fue recibida ni nadie conoce oficialmente. La contratación del servicio se realizó en las mismas condiciones propuestas por la gerente de la empresa sin justificar técnicamente la necesidad del servicio ni presupuestos, sostiene Contraloría. Este contrato fue firmado por el subsecretario de Medios Institucionales de la Secom y Satre Comunicaciones pero no existe evidencia que pruebe la existencia del producto. Peor aún, el documento de acta de entrega y recepción no fue impreso en hoja membretada de la Secom en la que no hay fecha y ni siquiera una referencia a la comisión que legalmente tiene que recibir el trabajo. En otras palabras, la Secom entregó 58 240 dólares a Satre por una consultoría fantasma.
Satre también tiene una extensa y provechosa relación contractual con el correato. Por ejemplo, solo entre el 2012 y el 2014 tuvo estos contratos: 28 417 dólares para la producción de la charla “Lo que no se conoce de las Ong´s”; 22 435 para la producción del evento “Asilo Assange”, 32 237 para un acto sobre Wikileaks, 4 830  para la feria Aler en la Plaza de San Francisco en Quito y 15 600 para la realización de tres pastillas informativas sobre el impuesto verde y nuevos combustibles.
En el 2014 Satre también tuvo contratos importantes. Por ejemplo uno por 335 350 con la Cancillería para el montaje de una reunión de ministros de RREE de Unasur, así como otro de 113 000 para la “contratación para la formulación de estrategias comunicacionales para el ministerio de RREE”.  Ese mismo año tuvo también asimismo un contrato de 220 000 con la Cancillería para “eventos de producción de eventos de difusión ciudadana”  y el 2013 un contrato por 137 301 con la misma Cancillería para “la difusión, reflexión, comprensión y diálogo de la política exterior ecuatoriana en un segmento hispano parlamente y anglosajón de lectores académicos; por medio de la revista de política exterior Línea Sur”. Y como cereza del pastel aparece en los registros de la Cancillería un contrato por 2’000 000 para “la elaboración de productos comunicacionales, campañas y eventos de comunicación y difusión ciudadana sobre el Ministerio de Relaciones Exteriores”. Satre también tuvo contratos con la Procuraduría para la promoción de un libro que el ex procurador Diego García hizo en varias ciudades del mundo, entre ellas Washington, París, Londres y Nueva York.
Otro caso que se incluye en el informe de la Contraloría es el de un contrato de la Secom con el periodista Víctor Enrique Sarango, quien falleció hace poco en un accidente de tránsito. En el informe se dice que Sarango cobraba, 1 500 al mes, sin contar con los informes técnicos y legales para hacer unos videos que él enviaba a la empresa Gota Azul que, a su vez, cobraba por los mismos trabajos a la Secom. La Contraloría también detectó que en el contrato con Sarango aparece que estaba encargado de  monitorear los medios de comunicación de Loja que se consideraba de “oposición” por el correato. También hacía seguimiento de otros trabajos periodísticos de comunicadores críticos con el gobierno y los enviaba a Gota Azul que los utilizaba para hacer videos que se usaban en las sabatinas. Gota Azul es una empresa que pertenece a Carlos Bravo que luego de ser reportero de Gama TV se vinculó contractualmente con la Secom donde su hermano, Marco Antonio, era subsecretario.  Según la Contraloría, Gota Azul mantenía un contrato con la Secom por $189 000 para la producción de documentales, cadenas e informes. Carlos Bravo tenía una oficina en la planta baja del edificio de los Medios Públicos. Gota Azul era también la encargada de hacer los videos para las cadenas nacionales durante el gobierno de Correa.
Para el año 2014, la Secom tenía 303 funcionarios. ¿Entre tanta persona no había gente capacitada, técnicos y comunicadores capaces de hacer los trabajos por los que esa institución pagaba tanto dinero? Lo cierto es que las sabatinas fueron una excelente oportunidad de negocios entre amigos y panas durante muchos años.

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