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miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Viviana Bonilla sigue siendo la paloma cuculí de Correa?

  en La Info  por 
Guayaquileña bonita, paloma cuculí/
fragancia de los frutales, granito de ajonjolí,/
carnecita de canela, blancor de coco al reir/
pelo de noche sin luna, mirada oscura de añil,/
no me mires de ese modo, porque me voy a morir.
Por lo menos hasta hace apenas cinco meses, cada vez que escuchaba esta canción basada en la letra del “Romance de la niña guayaquileña” de Abel Romeo Castillo, a Rafael Correa le venía a la mente la imagen de Viviana Bonilla. Lo confesó públicamente el 20 de mayo del 2017, cuatro días antes de dejar el poder.  Fue durante el último enlace ciudadano, realizado como su despedida triunfal, en uno los lugares al que más corazón le puso durante su mandato: el parque de Los Samanes.
“Cada que escucho esa canción Vivi, me acuerdo de tí, porque es como si te describe”, le dijo Correa ese día a Bonilla, sin ocultar su emoción y con un fallido dejo poético que no pudo reprimir ese momento.
Pero desde el martes 7 de noviembre del 2017 los recuerdos que esa canción que lleva música de Nicasio Safadi ya no serán tan dulces y agradables para Correa con el que, afortunadamente para él en Bélgica, no tendrá mayor ocasión de tropezarse. Ese día, la Vivi, como la llamaba todo almibarado y coquetón cada vez que se dirigía a ella, le dio la espalda y se fue con otro. “No me mires de ese modo, porque me voy a morir”, será probablemente la frase que a Correa más le quedará sonando del Romance de Abel Romeo Castillo.

La aparición de Viviana Bonilla en la fotografía que se tomó la bancada de Alianza País, luego de la reunión de bloque en la que se decidió que la mayoría de sus legisladores apoyaría la consulta popular de Lenín Moreno, fue la que más atención llamó en redes sociales. Bonilla no aparecía en cualquier lugar: estaba a la diestra de José Serrano, presidente de la Asamblea. Él es el personaje que mejor representa la corriente de Alianza País que ha decidido adherir al plan político de Lenín Moreno cuyo eje es la consulta popular que busca impedir la reelección indefinida de Rafael Correa. No estaba Bonilla, como sí estaban María José Carrión y Soledad Buendía, parada en la parte de atrás del grupo donde era difícil verla. Con su “pelo de noche sin luna” largo y liso y su visible embarazo, era imposible que su presencia en la imagen no llamase la atención.
¿Qué hizo que Bonilla haya decidido sumarse al grupo? Exactamente lo mismo que empujó a Soledad Buendía y María José Carrión: el temor a quedar aislada políticamente en un movimiento político que, poco a poco, se ha ido adhiriendo al gobierno del presidente Moreno. Bonilla sabe, como lo saben todos sus compañeros de bancada, que si permanece atornillada al sector que combate la consulta, perderá los mecanismos partidistas que le permiten continuar su carrera política. Bonilla sabe, como lo saben Buendía y Carrión, que conseguir candidaturas en elecciones futuras y consolidar las posiciones de poder que ya tienen en el interior de la Asamblea, es algo que solo es posible si se alinea al liderazco de Moreno.
Poco luego del anuncio del bloque y de la fotografía, vinieron las explicaciones y las excusas. Bonilla colocó en su cuenta de Twitter una declaración muy llamativa: estoy por la consulta pero no voy a votar sí por las preguntas 2 y 3, decía en el texto refiriéndose a las preguntas que buscan la descorreización del Estado ecuatoriano. Aclaración inocua e irrelevante para los intereses del gobierno de Moreno porque cómo vote ella en tal o cual pregunta es intrascendente frente a la decisión conjunta del bloque de inclinarse por la consulta. Con un golpe de imagen como el de ayer, es mucho más difícil que la Corte Constitucional se oponga a la consulta o que otros organismos, aún en manos de correístas radicales, sigan haciendo guerra a la iniciativa. Como lo ha hecho, por ejemplo, el presidente el presidente del Tribunal Contencioso Electoral, Patricio Baca Mancheno (hermano del Fiscal). Una Asamblea donde hay una mayoría que antes estaba combativamente en contra de la consulta pero que ahora aparece como resignada a la idea produce un efecto político muy potente. 
La decisión de Bonilla de sumarse al apoyo de la consulta y de aparecer en la foto no es, sin embargo, del todo sorpresivo para quienes han seguido de cerca sus más recientes pronuciamientos. Desde hace algunas semanas, el “granito de ajonjolí” como Correa gustaba recordarla, venía articulando un discurso pragmático y alejado de las corrientes más radicales como la de Ricardo Patiño o Marcela Aguiñaga. Bonilla no estuvo de acuerdo, por ejemplo, con la expulsión de Moreno de la Presisdencia de Alianza País que llevaron adelante Gabriela Rivadeneira y Patiño. En una entrevista con Ecuadorinmediato del 1 de noviembre, Bonilla criticó el procedimiento empleado por la facción ultra del correísmo alegando que Moreno no había sido objeto del debido proceso. En esa misma entrevista, articuló argumentos que, a esta hora, deben ser los más pragmáticos y realistas dentro de Alianza País sobre las divisiones y las fricciones entre correístas y morenistas.   “Yo, en lo particular, no estoy de acuerdo, por ejemplo, con la firma de Marcia Arregui para el juicio político a Jorge Glas. Esa es mi postura, no estoy de acuerdo, pero respeto la suya. Ella es asambleísta, ella tendrá sus diferencias, pero yo no la voy a juzgar diciéndole traidora o desleal. Me parece que el análisis no es el correcto”.
Pero las huestes radicales del correísmo no lo entienden de esa forma. Luego de que la fotografía en la que ella aparece junto a José Serrano fuera publicada en redes, Bonilla fue tachada como traidora y vendida. De poco sirvió su comunicado y aclaración sobre el No que estampará en las preguntas 2 y 3.
Si Bonilla aparece en la mente de Correa cada vez que escucha a Pepe Jaramillo cantar “no te mueras, morenita, sin antes quererme a mi, sin que me digan tus labios, palabritas de canguil” ya no será seguramente como antes. Bonilla ha decidido, finalmente, hacer su camino propio y eso es algo que, se sabe, nunca le perdonará su admirador confeso.

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