Beatriz León
Atribuyen a Rosa Parks algunas frases de reivindicación de la protesta que seguramente nacen siglos antes, como se hace la cultura democrática, con historia y vida, no con eslóganes oportunistas. Decía ella: “Párate a defender algo hoy o caerás abatida por cualquier cosa mañana, porque el gran árbol que vemos creció gracias a una semilla que mantuvo su espacio en la tierra”.
Desde las luchas para el retorno a la democracia nuestro país se politiza mucho con cada conflicto, y eso es bueno. Tener información, discutir alrededor de ella, aprender para incluso con suerte influenciar en la toma de decisiones es algo justo y necesario. Sirve en la vida diaria del hogar, en el trabajo, en el colegio y, por supuesto, en el quehacer político que construye desde el barrio hasta la nación.
En estos años la información llega por distintos medios desde impresos y radios hasta redes sociales y eso ayuda a conversar en familia de economía, de protestas y llegar a hablar de temas siempre eludidos como la muerte de nuestros padres, de nosotros mismos. Contar a nuestra familia cómo se creará o ha llegado a tener patrimonio, cómo se puede trabajar para un día poder dejar el laburo diario y así no cargar toda la responsabilidad de la vejez a nuestros hijos es algo que debemos también agradecer a este mes de protestas.
Es gratificante ver el interés de los jóvenes en la discusión de equidad, patrimonio, justicia, futuro, pero sobre todo del derecho a discrepar, a decir sin miedo que hoy Ecuador protesta ya no solo como un hashtag en redes sociales, sino con la cara descubierta en la calle, aunque llueva, aunque sea tarde, aunque sea fin de semana, aunque te tome fotos la policía o un agente encubierto, o un dron que no mostrará la imagen sino a los jefes temblorosos.
Una puede entender que el partido de gobierno minimice la protesta no solo descalificando por ser de clase media, no solo subestimando la inteligencia de todos al decir que están mal informados, que son manipulados por multimillonarios o la derecha, etcétera; es una táctica política. Lo incomprensible es que tomando algún artículo extranjero se diga que se calienta la calle con finalidad de golpe blando, cuando fueron varios de los que hoy gobiernan quienes gracias a su presencia en la calle hoy tienen micrófonos y propaganda para descalificar a los disidentes. Entra la duda de si es solo por estrategia política que hablan de golpe o si fueron ellos un día quienes recibieron recursos para dar golpes que los llevarían al Poder y hablan desde esa experiencia.
Es impresentable que se saquen calculadoras para demostrar que son pocos los afectados por una u otra propuesta de ley improvisada. Empujar a las personas a no protestar porque no los afecta solo lleva a recordar cómo se han justificado inhumanidades contra las minorías a pretexto de “a ti no te va a afectar, así que no te preocupes y calla”. La historia muestra desde genocidios hasta feriados bancarios que afectaron a toda la población, aunque los más damnificados fueran afrodescendientes colgados por racistas o personas que perdieron sus depósitos, todos perdemos cuando se irrespetan los derechos humanos, cuando se toman decisiones sin participación y en forma improvisada, reaccionaria.
Ecuador protesta sobre todo porque los gobernantes dejan de ver la corrupción de su entorno, sufren la sordera de la soberbia y no respetan la cultura de un país que reconoce sus derechos y a la democracia como los valores indispensables de la convivencia nacional. Un país que es un bosque diverso de colores y razones para cada día ser mejor merece gobernantes respetuosos y humildes. (O)
No hay comentarios:
Publicar un comentario