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viernes, 27 de marzo de 2015


“Las incomodidades del poder con la prensa”, artículo de Javier Darío Restrepo
El autor de la columna, periodista reconocido como autoridad en temas de ética a nivel latinoamericano, señala que "los tres periodistas habían llegado a ser 'incómodos para el gobierno'", señala, en referencia a Carmen Aristegui, Daniel Lizárraga e Irving Huerta.

El periodista Daniel Lizárraga, coordinador de información de Noticias MVS primera emisión, habló sobre los contratos que la Sedena dio a Security Tracking Devices
Redacción AN
marzo 25, 2015 8:04 am

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Por Javier Darío Restrepo
Los despidos de Carmen Aristegui, Daniel Lizarraga e Irving Huerta por la empresa mejicana de medios de comunicación MVS, es otro episodio dentro del enfrentamiento habitual entre el poder y la prensa.
La causa aparente de estos despidos fue la publicación del escándalo de la Casa Blanca de la familia presidencial y su relación con el contratista del tren de alta velocidad México-Querétaro, cuando ardían la indignación y el escándalo por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Para los comentaristas, los tres periodistas habían llegado a ser “incómodos para el gobierno”.
Y así debió ser por una doble razón: 1.- A ningún gobierno le gusta que sus errores aparezcan en los medios. 2.- Según el deber ser del periodista, él debe ser incómodo para los poderosos porque lo suyo es la defensa de los intereses de la población y la fiscalización de cuantos ejercen el poder.
Esta identificación del periodista con el ciudadano de a pié dio lugar al segundo motivo para el despido de Carmen Aristegui. La semana anterior había hecho público su propósito de apoyar y valerse del México-Leaks, un proyecto de creación de un fondo de informaciones que recogerían las denuncias sobre corrupción oficial, impunidad y abusos del  poder de la gente del gobierno, hechas por los ciudadanos. Según el lenguaje empresarial de MVS, se trataba de un proyecto “ajeno a la empresa”.
Esa reacción y el despido subsiguiente dejaron en la mesa de la opinión pública un intrigante tema: ¿son las empresas de comunicación laz que deciden qué información se emite? ¿Son ellas las dueñas de la información? Los empresarios lo creen así, pero la realidad es otra: la información es un bien social, y el papel de las empresas es el de prestar un servicio público; por tanto, es su deber servir como canal eficaz 1.- para que la información de interés público le llegue al público; 2.- para que el público pueda hacer oír su voz y ejercer su derecho ciudadano de fiscalizar a cuantos tienen en sus manos el poder.
De estas consideraciones resultan un nuevo asunto: ¿a quién deben su lealtad Carmen, Daniel e Irving?
Es una respuesta que no suelen tener clara las empresas como MVS.
Un periodista, antes que a los gobiernos, o a los partidos, o a las empresas, debe su lealtad al ciudadano común que recibe su información. La información periodística no se les debe  a los poderosos, sino a ese primer constituyente que es el ciudadano común. Cuando ese ciudadano está bien informado  la democracia es fuerte y funciona; pero cuando la información se vuelve propaganda, desaparece la democracia y  emerge el dictador, aunque se hable de democracia y se coreen sus himnos.

Todo esto quedó sobre la mesa con el despido de estos tres periodistas, de modo que para México y para el mundo, este episodio está dejando un conocimiento más amplio del papel social y político de los medios de comunicación y de cuantos trabajan en ellos.

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