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jueves, 31 de julio de 2025
AL QUE LE CALCE EL GUANTE QUE SE LO CHANTE
Susana Cordero de Espinosa
Miembro de número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.
De un terror tan lejano
Netanyahu es el Hitler de los palestinos, el que mata, destruye, disgrega, odia; Hitler fue, para el filósofo judío George Steiner, “el otro rostro de la palabra humana”. Un rostro sin palabra limpia, sin rubor ni vergüenza.
Luego de haber leído Cartas al director de El País, intento traducir lo que produce en mí el espanto que Gaza vive sin pausa, el dolor al que creemos asistir…
Una foto patética: cómo no lo sería, si muestra a una mujer que sostiene en el brazo derecho a un niño, cuerpecito de piel que transparenta la columna vertebral y las costillas como si de puro tiernas fueran a escaparse del cuerpo sin carne; ¿las preservará tanta delgadez y flacura?, no, sin daños para siempre, ilimitados. El otro brazo materno, empujado por los de la desolada multitud, dirige hacia algo, hacia alguien una cacerola que sube y baja hasta que, entre las manos de ese mundo anhelante, otra, caritativa, ponga un cucharón de sopa para el hambre innumerable. Imágenes desgarradoras, inhumanas, de una situación miserable contra los habitantes de Gaza, por el vengativo y asesino bloqueo israelí.
¿Escribir ante el horror, que esta guerra es una tragedia humanitaria, que provoca una miseria humanitaria? Privar de alimentos y de morada a incontables seres humanos, arrasarlo todo, como lo hace Netanyahu en Gaza en este mismo instante, son hechos inhumanos, jamás humanitarios, porque lo humanitario es ‘Lo que mira o se refiere al bien del género humano’, ‘Lo que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen’, como dicen las acepciones de nuestro DLE, o también ‘Dicho de una situación, que requiere de ayuda humanitaria’.
Que lo antes posible sepamos que presencias y ayuda llegaron a Gaza para quedarse. Entonces hablaremos rectamente de ayuda, de situación humanitaria. Esta barbarie no es una distopía: es un genocidio ante los ojos de un mundo ciego. El infierno en la tierra se llama Gaza, escribe un periodista.
En 1997, France Culture editó en un libro imprescindible titulado en español La barbarie de la ignorancia, una entrevista realizada por el periodista francés Antoine Spire al filósofo judío George Steiner.
Spire se refiere, entre otros puntos sustanciales, ‘a la postura crítica devastadora’ que mantiene Steiner sobre el Estado de Israel. Para este último, gran pensador y musicólogo, los judíos son ‘hombres del viento’: su vida entera es símbolo de su destino que, hinchiendo las velas impulsa la nave a que no se detenga; sin lugar fijo, su suerte está en cualquier parte, en todas partes. Por esto, es terrible para él que el Estado de Israel se haya establecido en la Tierra Prometida considerándola solo suya, sin respetar el derecho del pueblo palestino que lo habitó; posición de fundamental desacuerdo respecto de la de algunos de sus amigos sionistas, a quienes Steiner acepta con nostalgia.
En 1996, fecha de la entrevista, evoca Steiner uno de sus ensayos escrito entonces hacía treinta años, en el que afirmaba que el Estado de Israel, para sobrevivir, tendría que torturar a otros seres humanos. Y recuerda que durante dos mil años su pueblo, históricamente victimado, vivió sin torturar a otros: ¡Durante dos mil años: En nuestra debilidad de víctimas, tuvimos la actitud supremamente aristocrática de no torturar a nadie. Para mí, es lo más grande de nuestro patrimonio! ¡Torturar a otro ser humano es, de manera absoluta, la trascendencia del mal absoluto!
Steiner murió a los noventa años, en 2020; no llegó a ver lo que previó con lucidez y dolor; no supo del horror actual de Gaza.
Netanyahu es el Hitler de los palestinos, el que mata, destruye, disgrega, odia; Hitler fue, para Steiner, “el otro rostro de la palabra humana”. Un rostro sin palabra limpia, sin rubor ni vergüenza. El filósofo reafirma, sin embargo, su convicción de que no hay Israel sin Holocausto, y ratifica que esta terrible paradoja no es suya, es de la historia, de su historia.
Para Steiner, el Holocausto creó una situación singular: el falso Mesías que fue Hitler, quiso destruir al pueblo israelita, pero puso a Israel en el corazón de las naciones e instaló el judaísmo en un lugar… De este modo, el nuevo Estado que proclama tal judaísmo, no lo es: el auténtico solo puede ser diaspórico. El judío, paradójicamente, vive la fascinación por la historia, por su propia historia que muestra la tormenta de una paradoja muy profunda. Como pueblo, la Historia nos fascina, como nos fascina la tormenta misma de nuestro destino. A veces, me digo… que la llegada del Mesías sería aburridísima. ¡Qué aburrimiento si se terminara la Historia!, exclama Steiner.
Finalmente, él mismo apunta: … Aburrimiento en Israel, hastío de una cultura que no confirma las promesas de la diáspora. Y Spire constata su impresión de que en Israel hoy, la literatura no llega al nivel de la creada por los grandes escritores judíos de la diáspora… Aunque hay músicos, estos tampoco llegan a tener la calidad de los del antiguo Israel; ni literatura ni música actuales ascienden al nivel de las que posibilitaron los judíos de la diáspora. Y pregunta a Steiner si él no espera, secretamente, que el pueblo judío tenga una dimensión distinta a la que ostenta hoy.
Steiner responde: ¿Secretamente?, no: ¡Abiertamente! Y recuerda que los judíos, antes del Estado en que hoy viven, fueron grandes maestros del ajedrez, pero hoy el equipo nacional es mediocre, señal, para él, de algo muy grave.
Y para sufrimiento de los seres humanos que aún pueblan este mundo, su visión fue profética; él solo lo vio en su imaginación, en su terrible, histórica, tremenda capacidad de imaginar. Vio que el destino del Israel ilustre es el de la diáspora, el de la dispersión de los judíos exiliados; que, seguro en un lugar, el pueblo judío deja de ser lo que fue. Para muestra, el horror de Gaza.
George Steiner descansa ya, pero su palabra permanece y para muchos judíos de la diáspora que viven en países distintos y saben que todo es provisorio, su palabra es la de tantos que todavía, y hasta desde el mismo centro de Israel, protestan con inmensa pena, junto al resto del mundo humanitario, contra la infinita tragedia que ven vivir hoy, cuando la muerte es la vida de cada día.
Bananera Noboa redujo en un 78 % su deuda tributaria
Abandonó el primer lugar en el listado de los mayores deudores del país.
Guayaquil- La Exportadora Bananera Noboa S. A., vinculada a la familia del presidente Daniel Noboa, redujo el 78 % de su deuda en firme con el Servicio de Rentas Internas (SRI). Paso de $ 98 millones a $ 21,7 millones, según el portal oficial de la entidad tributaria. Con esta reducción, la empresa descendió del primer al puesto 19 en el listado de los mayores deudores del país.
La disminución de la deuda se dio en el contexto de la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Integridad Pública, que permite la remisión del 100 % de intereses, multas y recargos si se cancela el capital adeudado hasta el 31 de diciembre de 2025. De los $ 21,7 millones pendientes, apenas $ 7,18 millones corresponden a capital.
Además del acogimiento a esta ley, parte de la rebaja se habría logrado por la vía judicial. La compañía interpuso acciones de nulidad contra procedimientos coactivos del SRI, alegando falta de notificación válida. Estos procesos derivaron en una suspensión judicial y una eventual mediación en la Corte Provincial del Guayas.
Constituida en 1946 y con sede en el norte de Guayaquil, Bananera Noboa ha sido por años uno de los principales contribuyentes observados por el SRI. Aunque el presidente Noboa se ha desvinculado del proceso, este caso ha generado debate público sobre los beneficios legales y el debido proceso tributario en Ecuador.
Reconocimiento especial a Jaime Abello Banfi en el Premio Maria Moors Cabot 2025
La periodista brasileña Natalia Viana, miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, fue galardonada con una Medalla de Oro.

La Escuela de Periodismo de Columbia anunció a los ganadores del Premio María Moors Cabot 2025, el reconocimiento más antiguo del periodismo internacional. Este año, el jurado otorgó una Mención Especial a Jaime Abello Banfi, director general y cofundador de la Fundación Gabo, en reconocimiento a su trayectoria como defensor de la libertad de prensa y promotor de la ética y la excelencia periodística en América Latina.
Hace tres décadas, Abello Banfi creó, junto al nobel de Literatura Gabriel García Márquez, la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano —hoy Fundación Gabo— con el propósito de formar nuevas generaciones de periodistas en la región. Bajo su liderazgo, la fundación se consolidó como una institución clave para el periodismo iberoamericano, a través de talleres, festivales, publicaciones, becas y premios que han impactado a miles de periodistas. Su labor incansable por la innovación narrativa y la formación ética ha sido, en palabras del jurado, “una contribución extraordinaria al entendimiento interamericano”.
La ceremonia de premiación se celebrará el próximo 8 de octubre en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Cuatro mujeres reciben la Medalla de Oro
Por segunda vez en sus 86 años de historia, el Premio Cabot distinguió exclusivamente a mujeres con su Medalla de Oro. Las galardonadas de 2025 son:
- Natalia Viana (Agência Pública, Brasil), por su liderazgo al frente de uno de los medios digitales independientes más influyentes del continente y su compromiso con un periodismo riguroso e innovador. Viana miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo.
- Omaya Sosa Pascual (Centro de Periodismo Investigativo, Puerto Rico), por su trabajo revelando corrupción, irregularidades electorales y por formar a periodistas caribeños a través del primer centro de periodismo de investigación sin fines de lucro de la región. Sosa fue jurado del Premio Gabo 2025 en Cobertura.
- Nora Gámez Torres (Miami Herald y El Nuevo Herald, EE. UU.), por su incisiva cobertura sobre Cuba y las relaciones cubano-estadounidenses, incluso sin haber podido ingresar a la isla en los últimos nueve años.
- Isabella Cota (ICIJ, México), por sus investigaciones sobre corrupción política y crimen financiero que cruzan fronteras y muestran el impacto cotidiano de las políticas económicas.
Otra mención especial para el periodismo de denuncia
Junto a Jaime Abello Banfi, el jurado también otorgó una Mención Especial a la periodista peruana Paola Margot Ugaz Cruz, cuyas investigaciones sobre abusos cometidos por el grupo religioso Sodalicio de Vida Cristiana motivaron al papa Francisco a disolver esa organización. A pesar de las amenazas y demandas judiciales, Ugaz continuó exponiendo las redes de poder que permitieron décadas de impunidad.
El Premio Maria Moors Cabot, creados en 1938 por Godfrey Lowell Cabot en memoria de su esposa, distinguen el periodismo que contribuye al entendimiento entre las Américas. Cada ganador recibe una medalla de oro y un reconocimiento económico de 5.000 dólares.
Miembros del jurado del Premio Maria Moors Cabot 2025:
- Rosental Alves, presidente del jurado y catedrático Knight de Periodismo Internacional en la Universidad de Texas en Austin.
- Hugo Alconada Mon, periodista de investigación en La Nación (Argentina).
- Juan Enríquez Cabot, presidente y director ejecutivo de Biotechonomy, LLC.
- Carlos Fernando Chamorro, fundador y editor de Confidencial (Nicaragua).
- Angela Kocherga, directora de noticias en KTEP y reportera especializada en temas fronterizos como migración, seguridad y comercio.
- Marjorie Miller, administradora de los Premios Pulitzer en la Universidad de Columbia.
- Elena Cabral, decana asistente de programas académicos e internacionales en la Escuela de Periodismo de Columbia.
- Boris Muñoz, periodista, autor y editor venezolano-estadounidense.
- Ginger Thompson, directora editorial en ProPublica.
- Adriana Zehbrauskas, fotógrafa documental radicada en Phoenix, Arizona.
- Abi Wright, directora ejecutiva de Premios Profesionales en la Escuela de Periodismo de Columbia.
Sobre Jaime Abello Banfi
Jaime Abello Banfi (Barranquilla, Colombia, 1958) es abogado de la Pontificia Universidad Javeriana, periodista, gestor cultural y director general y cofundador de la Fundación Gabo, organización creada en 1994 en Cartagena por Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, con la misión de promover un mejor periodismo y estimular la creatividad narrativa. Bajo el liderazgo de Abello, la Fundación se ha convertido en una institución internacional influyente en Iberoamérica, enfocada en la formación, la ética y la innovación periodística.
A lo largo de su carrera, Jaime Abello ha sido reconocido con numerosas distinciones, entre ellas la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica (España, 2020), la Medalla al Mérito de las Comunicaciones Manuel Murillo Toro (Colombia, 2010), la Medalla Roble Amarillo (Universidad del Norte, 2024), y fue seleccionado por El País de Madrid como una de las 100 personalidades más influyentes de Iberoamérica en 2009. Antes de la Fundación Gabo, fue director-gerente de Telecaribe, y a lo largo de su carrera ha promovido diversos proyectos culturales, educativos y editoriales.
Abello también ha sido miembro y fundador de importantes iniciativas como la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el Proyecto Antonio Nariño para la promoción de la libertad de expresión, la Cinemateca del Caribe, y el Observatorio del Caribe Colombiano. Ha sido parte de foros internacionales como el GFMD y el Foro Económico Mundial (WEF) y ha formado parte de la junta directiva del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI) y del comité cultural del Carnaval de Barranquilla.